Ricardo Ferreiro, presidente Grupo Naturalista Hábitat: «Nunca debemos echarle la mano a una víbora»

A CORUÑA
Uno de los mejores herpetólogos (conocedores de reptiles y anfibios) de Galicia es el presidente del Grupo Naturalista Hábitat.
17 may 2023 . Actualizado a las 17:33 h.Herpetólogo: dícese de la persona que se dedica al estudio de anfibios y reptiles. Es la especialidad de Ricardo Ferreiro, presidente del Grupo Naturalista Hábitat.
—¿Hay serpientes venenosas en la comarca coruñesa?
—Sí. Por suerte tenemos una especie que es exclusiva del noroeste de la península ibérica que es la víbora de Seoane. Un animal que, para cazar, utiliza el veneno.
—¿Dónde se localiza?
—Es muy frecuente en casi todo los hábitats. Por ejemplo, junto a las zonas de cultivos, espacios húmedos, dunares, claros de bosque, etc. Es un animal que está presente en muchos puntos de la geografía y muy bien distribuido.
—¿Es venenosa?
—Sí. Como todas las víboras, inocula veneno a sus presas porque la víbora es lenta, sus presas muchas veces son roedores y son rápidos. Su estrategia es inocular el veneno: el animal se escapa, sigue corriendo pero, poco a poco, para, se muere y es cuando la víbora se puede acercar a comerlo.
—¿Cumple alguna función positiva en la naturaleza?
—Sí. Como todas las especies que forman parte del ecosistema tienen su función y su nicho ecológico. Y además de cumplir su función en el ecosistema, es un animal protegido.
—¿Está en peligro de extinción?
—Sus poblaciones están por debajo de lo que sería deseable. Todos los anfibios y reptiles están protegidos y además esta es una especie que solo existe en el noroeste ibérico. No hay otro lugar en el universo en el que exista. Entonces, somos nosotros los responsables de cuidar esas poblaciones.
—Si es tan frecuente aquí, ¿es fácil toparse con ella?
—Sí, hay muchos encuentros cercanos o situaciones en las que estamos cerca de ella. Muchas más de las que pensamos.
—Me está dando algo de grima oírle decir eso.
—Quiero decir que, simplemente, el animal cuando nos detecta, se escapa. Eso es lo que pasa el 99,9 % de las veces que nos encontramos con una víbora. La mayor parte de las veces el ser humano no es consciente de que ha existido ese encuentro. Antes de que las personas la vean medio a la sombra, entre la vegetación o en el borde de un camino. Y cuando pasa alguien, la víbora se retira discretamente y la persona ni se da cuenta. Esto es lo que ocurre en la mayoría de los casos.
—¿En qué punto de la comarca es más fácil verla?
—En cualquier zona verde, incluso suburbana, al borde la ciudad. Puede ser en Betanzos en todo su entorno, por ejemplo, y en A Coruña, en la zona de Visma, Feáns… Cualquier espacio que conserve algo de vegetación y de medio natural, ahí nos la encontramos. De hecho, recientemente tuvimos una actividad en la zona de Feáns, porque es un sitio donde es muy abundante. Se la presentamos a vecinos para que la conocieran y vieran que es un animal valioso. Nuestros compañeros David Dopereiro e Ismael Espasandín, dos expertos que están haciendo un estudio sobre ellas para la universidad, la capturaron y se la mostraron a los asistentes para que la gente tenga conciencia de que es un valor de este entorno y también para decirles lo que no hay que hacer. Sobre todo, para no tener que lamentar situaciones que a veces se dan.
—¿Y qué no hay que hacer?
—Nunca debemos echarle la mano a una víbora. Atacan cuando se sienten amenazadas. Eso es lo que hay que tener claro.