Begoña Couceiro: «En mi casa, todos los libros que llegan acaban siendo nómadas»

Alejandro García Chouciño
A. G. Chouciño A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La responsable de la librería Couceiro, la situada en el 132 de la ronda de Outeiro, pronostica un buen balance para la feria del libro de A Coruña

06 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Con solo unas palabras, uno ya intuye que Begoña Couceiro López vive su semana grande del año. «Me paso toda la feria metida en la caseta. Y aunque no pueda asistir a las presentaciones que hay en las carpas, tengo el programa y ya cuento con las obras de todos los autores que acuden», comenta. Aún le queda trabajo hasta el jueves en el puesto número 7 de la 52.ª edición de la feria del libro de A Coruña. «Yo empecé a venir como quien dice de adolescente. Llevamos muchísimos años participando. Si no van las 52, pues a lo mejor van las 50. No lo sé con certeza», responde.

Lo cierto es que el negocio fundado por sus padres hace más de seis décadas en la ronda de Outeiro es el que más veces ha participado de la ciudad en este evento. «De entrada siempre la vivimos con mucha ilusión, porque además de una tradición de muchos años pienso que siguen siendo necesarias», sostiene. Toda una veterana del paseo literario que se forma todos los veranos en los jardines de Méndez Núñez, avanza un balance de la actual: «La del 2022 había sido muy buena, pero con las jornadas que llevamos yo ya estoy muy satisfecha».

Gallegos con éxito

Entre el vaivén de personas que pasan cada hora por los puestos, algunos se detienen en seco al ver el tomo o la edición que tanto buscaban. Begoña acierta a decir que «al final lo que se piden son las novedades que hay en el mercado literario. También hay algunas obras que no son nuevas y funcionan, porque lógicamente traemos de todo». Va más allá y cita algunos de los bestsellers de esta edición. «Uno los que está pegando muy fuerte es el de Breo, el celta que desafió a Roma, escrito por Francisco Narla. Está funcionando de maravilla. También A culpa, de María Solar... Por supuesto los Mortadelo y Filemón. Siempre funcionaron, pero el reciente fallecimiento del autor, Francisco Ibáñez, ha hecho que vuelvan a crecer en ventas», precisa la librera. Esto certifica que los autores gallegos gozan de buena salud en cuanto a ventas se refiere.

Su vida ha estado ligada a las letras desde el minuto cero. «Nací el mismo año que se abrió el primer local de mis padres. Habría meses de diferencia», confiesa. Chelo y Manolo, sus progenitores, expandieron su arteria literaria a lo largo de la ronda de Outeiro hasta llegar a las tres librerías que dirigen en la actualidad. Ella se encarga ahora de la situada en el número 132. «Son 60 años de evolución continua desde que se montó en 1963 hasta hoy. Solo decirte que empezaron con un quiosco, vendiendo prensa, revistas y un poco de material escolar. Ya luego, poco a poco, fueron metiendo más cosas hasta que ya montaron la segunda librería. Esa ya fue una tienda dedicada única y exclusivamente a libros. Y luego con el paso de los años llegó un tercer local también dedicado solo a los libros», explica Begoña.

Unos antecedentes que, claramente, marcaron su vocación. «Fue algo muy progresivo, no fue inculcado a propósito, sino que es algo con lo que vas creciendo. Desde pequeña estuve siempre con ellos en los establecimientos. No despachaba, ni mucho menos, pero con el paso de los años pues vas evolucionando, echando una mano hasta que ya acabas trabajando de pleno», relata. «Son recuerdos que guardo con mucho cariño porque, sobre todo al principio, era todo como muy familiar en el vecindario. Nos conocíamos todos y muy bien». Hablando de obras de cabecera, Begoña responde que en su casa «los libros son nómadas. No hay ninguno que se diga “esto queda aquí y de aquí no se mueve”. Tengo algún libro en casa de muchos años, pero no está guardado con un cariño especial. Cualquiera que venga a mi casa y le guste cualquier libro, lo puede llevar y ya lo devolverá si lo devuelve».

La esencia de la lectura

Sobre los nuevos formatos, ella se muestra firme sobre la relevancia del papel. «Es lo que nos gusta. Apostamos por ello y pienso que tiene mucho valor». Además, Begoña resalta esa parte íntima que se crea a la hora de acudir a una librería. «A título personal, a la hora de escoger un libro pues me gusta verlos. No solo porque escuchara una referencia en el periódico. Cuando estás en una librería lo miras, porque la estética que tiene es un punto para llamar la atención. Lo puedes hojear un poco, leer... es lo que acaba determinando si un libro encaja contigo o no». Prueba de ello, destaca cuando volvió a la actividad tras la pandemia del covid-19. «Recuerdo, pero con muchísima emoción, el primer día. Abrir la puerta y empezar a entrar todos en fila, con emoción ellos... me di cuenta de que la gente estaba necesitada de poder ir a una librería, tocar los libros, escogerlos y verlos. De no ser así ya no estaríamos abiertos», concluye.