Los compañeros de trabajo del marido de la víctima del crimen de Oza-Cesuras afirman que el acusado amenazó con «tomar medidas»

la voz A CORUÑA

A CORUÑA

Imagen del acusado durante una sesión del juicio
Imagen del acusado durante una sesión del juicio CESAR QUIAN

En la sesión también ha declarado el padre de la víctima, que ha descartado los problemas laborales en la empresa en la que trabajaba su yerno y la mujer del procesado

14 nov 2023 . Actualizado a las 14:50 h.

Varios testigos del centro de trabajo del marido de la víctima del crimen de Oza-Cesuras han asegurado este martes que el acusado, pareja de otra trabajadora, visibilizó su malestar con el primero en varias ocasiones. La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido la cuarta sesión del proceso, con jurado, por unos hechos ocurridos el 15 de enero del 2021, cuando una mujer de 33 años (convaleciente tras una operación y al cuidado de un hijo de dos años) fue ejecutada por un disparo en la cabeza a bocajarro en su domicilio de Oza-Cesuras.

En la sesión han declarado varios compañeros de trabajo del marido de la víctima y de la mujer del acusado, que mantuvieron una relación de amistad mediante mensajes de texto y que nunca llegó a más, si bien se enteraron las parejas de ambas. Después hubo problemas laborales por una supuesta bajada de rendimiento de la mujer del procesado, que acusó al marido de la víctima de acoso laboral. Según recoge Efe, Uno de los testigos ha asegurado que escuchó al procesado decir que «tomaría medidas» al respecto y otro ha dicho que le explicó que aquello no iba «a quedar así».

Incluso un trabajador de una empresa de seguridad que realizaba sus labores en el centro de trabajo apuntó a una conversación similar con el procesado «enfurecido» «Vino quejándose del trato a su mujer y diciendo que las cosas no iban a quedar así», ha relatado y ha opinado que realmente no había discriminación laboral, si bien la mujer «se sentía un poco desplazada». En la sesión también ha declarado el padre de la víctima (también pareja de la jefa del citado centro de trabajo), que ha descartado los problemas laborales, pues una de las tesis de las acusaciones es que el crimen podría haber estado motivado por la situación laboral. El padre también ha asegurado que su hija le transmitió, respecto a la relación mantenida a través de mensajes telefónicos entre su yerno y la mujer del acusado, según confirmaron ellos mismos en su declaración este lunes, que «el tema estaba zanjado».

Una pistola de un policía

Europa Press añade que en esta jornada también han comparecido testigos relacionados con el arma con la que se cometió el crimen, una pistola, que era propiedad de un miembro jubilado del Cuerpo Nacional de Policía. En su declaración, ha señalado que se la quedó «como recuerdo» y que estaba «inutilizada totalmente». «Me enteré al cabo de mucho tiempo que no estaba en mi casa y mi nieto me dijo que la había cogido él», ha dicho. Esta versión ha sido corroborada tanto por este familiar, al asegurar que la cambió «por unos porros», y por el individuo que la recibió, quien manifestó que «la tenía como un juguete». Además, precisó que su hermana la había tirado «a un contenedor» tras haber sufrido un desahucio. «Yo sé que tiré todo, vacié todos los cajones, no lo recuerdo muy bien y quizá estaba el arma también en las cajas», ha indicado ella. 

Hasta ahora han declarado vecinos de la víctima que confirmaron, en línea con la investigación de la Guardia Civil que apunta a la participación de un solo hombre, que únicamente vieron a un individuo en la finca de la fallecida. Una de ellas reconoció al acusado, al ser preguntada. Su declaración como testigos difiere de la afirmación que sostuvo al inicio de la vista el procesado, que prestará declaración tras las testificales y periciales. En sus primeras palabras, tras constituirse el jurado y exponer las partes sus argumentos sobre las penas que piden, se declaró inocente de asesinato y culpable del robo. También apuntó a un conocido como autor de la muerte de la mujer.

La acusación particular pide prisión permanente revisable

La Fiscalía pide una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y tres años de cárcel por tenencia ilícita de armas. Según su investigación, la muerte de la mujer en su vivienda fue «un crimen motivado por un fuerte ánimo de venganza por motivos laborales, cuyo germen es una relación personal entre la mujer del acusado y el marido de la víctima». Por su parte, la acusación particular, que pide prisión permanente revisable por el asesinato, además de penas de prisión por tenencia ilícita de armas y allanamiento, descarta la implicación de otro hombre, como sostiene la defensa. Esta parte pide de dos a cinco años por tentativa de robo con violencia en casa habitada.