¿Por qué suben los nacimientos en el materno pero bajan en el conjunto de A Coruña?

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

María del Carmen Grandío, matrona y supervisora, con las cunas en la zona de partos del Hospital Teresa Herrera de A Coruña, el materno del Chuac.
María del Carmen Grandío, matrona y supervisora, con las cunas en la zona de partos del Hospital Teresa Herrera de A Coruña, el materno del Chuac. J.P.

El hospital público, al alza por segundo año consecutivo, concentra el 70 % de los partos que se registran en la ciudad

09 ene 2024 . Actualizado a las 10:01 h.

Por segundo año consecutivo, el Hospital Teresa Herrera lleva la contraria a la tendencia general. En un contexto de descenso continuado de la natalidad, el hospital público de A Coruña ha vuelto a registrar una subida de nacimientos. Los datos del último año confirman y mejoran la tendencia ya iniciada en el 2022, cuando por primera vez después de 13 años crecía ligeramente el número de recién nacidos en el centro de As Xubias.

Aunque todavía muy lejos del 2008, cuando después de 3.276 alumbramientos se inició el descenso, el recién despedido 2023 confirma que la recuperación, aunque discreta, va a más en el materno del Chuac. Entre el 1 de enero y el 31 de diciembre pasado, allí vinieron al mundo 2.136 bebés, 69 más que en el 2022.

Ese crecimiento de un 3,33 % en el Teresa Herrera contrasta con la bajada del 1 % en el cómputo general de bebés que llegaron a la vida en la ciudad, ya que también se atienden partos en los centros privados HM Belén y Quirón. Entre los tres recintos, A Coruña dio la bienvenida en el último año a 3.159 pequeños, 32 menos que en el 2022. El 67,6 % de ellos vieron por primera vez la luz en el hospital público.

En el 2023, la maternidad de HM registró 798 nacimientos frente a los 878 de un año antes, es decir, un 9 % menos (80 niños menos), y también cayó la cifra en el Quirón, que pasó de 246 a 225, con un 8,5 % de descenso.

«Es una satisfacción y un orgullo que, en medio de la caída de la natalidad, hayamos sido capaces de aumentar los nacimientos los últimos dos años y, sobre todo, ver que las mujeres y las familias eligen mayormente el materno-infantil para tener a sus hijos», valora Álex Ávila, director de atención hospitalaria del área sanitaria de A Coruña y Cee.

Tres mil embarazos

Aun con los positivos datos del centro, la recuperación demográfica sigue siendo un deseo que ni la población inmigrante revierte, ya que «la natalidad sigue bajando en Galicia, en la comarca y en la ciudad; lo diferente es que en el materno sube, somos la excepción», recalca. Lo refrendan los datos del IGE, que en el 2022 registró un descenso de partos en la provincia: de 6.318 a 6.155. «El dato significativo es que 7 de cada 10 mujeres del área nos eligen para dar a luz», agrega antes de subrayar que el porcentaje es todavía superior en controles de la gestación, puesto que cada año en el Teresa Herrera siguen el embarazo a unas 3.000 mujeres .

En opinión de este directivo del Chuac, pediatra y neonatólogo, una de las razones es que «ofrecemos una altísima calidad asistencial» y también «el trabajo de los equipos para realizar avances importantes en temas como la humanización». Así, se han llevado a cabo cambios organizativos «aparentemente sencillos con gran repercusión desde el punto de vista familiar» de cara a personalizar la asistencia a un proceso fisiológico, en principio no patológico, como es el embarazo y el parto. «Nadie tiene dudas de que el impacto emocional y el recuerdo de tener un hijo no tienen nada que ver con cualquier otro proceso que se pueda atender en un hospital», apunta.

En este sentido, alude a la voluntad y el trabajo para realizar movimientos en la línea del máximo respeto y la incorporación de las decisiones de las madres en un momento tan especial. «Todo esto sobre la base principal de la calidad y la seguridad asistencial», incide en alusión a «nuestra capacidad para atender todas las complicaciones del parto». «Y eso no es casual —agrega—, la calidad viene dada por estar en un hospital muy potente y con muchos recursos; siempre digo que si aquí viene una mujer a dar a luz se va a encontrar tres matronas, tres ginecólogos, cuatro pediatras y tres anestesistas, sin contar todo el personal residente y los equipos de enfermería y auxiliares. Si se presenta una complicación no prevista en un parto pueden intervenir hasta 20 personas», recalca Ávila.

Obviando el ya conocido progresivo incremento de la edad media de las madres —en el 2022 ya estaba en 34,5 años de media, lo que significa que son muchas las que superan los 40—, perciben un cambio «en la demanda de las familias: quieren sentirse implicadas en las decisiones y los sistemas sanitarios estamos obligados a adaptarnos», valora.

Para ello, a lo largo del 2024 esperan avanzar en la actualización de los protocolos piel con piel y favorecer el acompañamiento «en todas y cada una de las situaciones, incluida la cesárea urgente», recalca.

Hospital Teresa Herrera. Con 2.136 nacimientos, a lo largo del 2023 nacieron 69 bebés más que en el 2022.

HM Belén. Cayeron un 9 %, ya que en el 2022 habían nacido 878 y a lo largo del 2023 fueron 798. 

Hospital Quirón. En el 2022 habían nacido 246, y el año pasado cayeron a 225, un 8,5 % menos.

Reformas de humanización y habitaciones con nombre propio

Cambios en el acompañamiento, en el protocolo piel con piel o en la promoción de la lactancia materna se han compaginado también con reformas estructurales en el materno. «Me gustaría destacar la capacidad de adaptación al cambio de los equipos asistenciales también en el sistema público, que siempre tiene fama de ser reacio al cambio, pero somos muy seguros: no es lo mismo hacer un cambio cuando uno atiende a 3.000 mujeres y la práctica totalidad de los embarazos patológicos del área sanitaria», subraya Ávila.

En el apartado más visible físicamente, se han realizado obras para que la mujer pueda pasar todo el proceso en un mismo espacio y más amable. «Son habitaciones más cercanas a una habitación de hotel, con una parturienta por cuarto; la mujer entra, se la monitoriza y permanece allí hasta que nace el bebé, lo tiene las dos o tres primeras horas encima e inicia allí mismo probablemente la lactancia», explica sobre las denominadas UTPR (unidades de transición, parto y recuperación). Cambios que se notan incluso estéticamente, con una decoración más cálida en madera, y que han acompañado de gestos como sustituir los fríos carteles de sala 1 o sala 2 por nombres propios, los de mujeres gallegas relevantes, como María Pita, María Casares o Teresa Herrera.

Para Ávila, «la responsabilidad que implica que las mujeres y familias nos elijan para dar a luz nos estimula a seguir en esa línea, que es una línea de equipo, de muchos profesionales, mucha gente de distintas especialidades. Nos enorgullece ver que los datos reflejan que nos valoran y los profesionales son capaces de adaptarse al cambio también en el sistema público, también atendiendo a un volumen tan grande de población y también en casos complicados de embarazos y partos patológicos».