Los perros llegan a la UNED Sénior Coruña: «Ayudan al envejecimiento activo»

«Me sorprendió mucho la mente tan abierta que mostraron y me sentí muy querido y arropado, salí emocionado», dice Octavio Villazala, gerente del centro Montegatto y educador canino, sobre los 45 mayores que participaron en la charla que ofreció en el Ayuntamiento de Oza-Cesuras para universitarios de la UNED Sénior Coruña.

El experto en animales, a iniciativa de Luis Rodríguez Patiño, cura de Xestoso y motor de la entidad en la comarca coruñesa, pasó una mañana entera con los estudiantes para contarles los beneficios de tener un perro. «Les expliqué cómo pueden ayudarles los canes, dado que hay una clara diferencia generacional entre cómo los mayores ven a los animales y cómo los vemos ahora. Aparentemente, para los mayores los animales no son productivos, pero les contamos que son beneficiosos y las terapias que hacemos con ellos en el hospital. Igualmente, les expusimos la nueva Ley de Bienestar Animal», señala Villazala, que añade: «Los perros como mascotas ayudan a incentivar el envejecimiento activo en las personas de edad avanzada, ya que requieren de más de un paseo diario, incluso en invierno. También ayudan a sociabilizar con otras personas. Además, un can es muy divertido y siempre hará algo extraño que hará reír hasta al más apático».

Asimismo, en la jornada, Villazala apuntó qué tipo de can es el más apropiado para una persona de edad avanzada. «Un perro conlleva mucho más cuidado que un gato, por este motivo, si nos decantamos por un can deberemos escoger bien la raza. Es esencial que se trate de un perro obediente, sociable, dócil, tranquilo, fácil de adiestrar, empático, pequeño o medio, sin mucha demanda de limpieza y con una necesidad de actividad moderada. Otra opción muy recomendable es optar por adoptar un perro adulto que ya esté educado y sea más tranquilo que un cachorro».

Fines terapéuticos

El experto también subrayó los beneficios terapéuticos de contar con uno de estos animales. «Tocar, acariciar o abrazar a una mascota aporta tranquilidad y reduce la frecuencia cardíaca, el estrés, la ansiedad, la tensión, la depresión, los nervios, la ira, la tristeza y la sensación de soledad. Ayudan a reducir el uso de medicamentos, reducen el insomnio, aumentan el apetito, mejoran la presión arterial, reducen el colesterol y disminuyen el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares. También ayudan a las personas con autismo a mejorar sus relaciones sociales».

Entre los aspectos que más sorprendieron a los mayores de la charla destacó la capacidad de los canes para detectar ciertas dolencias. «Un estudio que hicimos con el Hospital Oncológico de A Coruña durante tres años demostró que los canes detectan en un 89 % niveles bajos de glucosa en sangre y tumores, sobre todo de pulmón, mama, vejiga y colon, además de cánceres de piel», apunta Villazala, que añade: «Muchos mayores comentaron que, cuando estuvieron enfermos, sus perros no se separaban de ellos, les lamían o les miraban de una forma especial». Igualmente, indicó a los participantes la importancia de avisar al 112 en el caso de observar a algún animal herido.

Además de hablar de los beneficios de las mascotas, en la charla tocaron otros temas. «Hicimos un pequeño debate, también sobre la situación de los lobos y los jabalíes, ya que, por ejemplo para algunos los perros y los lobos son lo mismo. Les conté que no es así, que por ejemplo las lobas solo tienen un celo, mientras que las perras tienen dos», indica Villazala.

Experiencia intergeneracional

Para Luis Rodríguez, la idea de realizar la actividad con Octavio surgió tras hablar con él para que sea el pregonero de la Feira do Grelo de Monfero. «Me dijo que estaba disponible para lo que quisiera y me pareció buena idea», dice.

La actividad se realizó en el salón de actos del Concello de Oza-Cesuras. «Aunque la universidad sénior pertenece a la UNED de A Coruña, se extiende por toda la comarca», explica Rodríguez, que destaca la importancia de contar con los mayores. «En Galicia tenemos una pirámide poblacional invertida. Si antes se decía que se necesitaban pediatras, ahora necesitamos más geriatras. Es fundamental que haya encuentros intergeneracionales para no perder su legado ni la sabiduría popular»

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