Rehenes en nuestra propia ciudad

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Basura acumulada en la avenida de Oza durante el paro encubierto de los trabajadores de Prezero en febrero de este año
Basura acumulada en la avenida de Oza durante el paro encubierto de los trabajadores de Prezero en febrero de este año CESAR QUIAN

A Coruña se llena (o amenazan con llenarla) de basura en Navidad, Reyes, carnaval, Semana Santa y otras fechas señaladas

06 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadar sobre montañas de basura es una imagen que, por desgracia, se repite cada cierto tiempo en nuestra ciudad. Pero cada cierto tiempo no significa en este caso de un modo aleatorio o inesperado. No. En este caso, cada cierto tiempo significa que se produce al compás de fechas señaladas en el calendario.

La ciudad se llena (o amenazan con llenarla) de porquería en Navidad, en Reyes, en carnaval, en Semana Santa, en San Xoán, durante las fiestas de agosto..., en un pestilente ritornello que nos deja su melodía de motores y sirenas año tras año.

Porque esto, no nos engañemos, no parece una huelga. Lo que parece es un mecanismo de extorsión que posiblemente por debilidad política se ha aferrado como una contumaz garrapata a la realidad democrática y social de nuestra ciudad.

Porque la verdad es que la basura es un implacable instrumento de presión. Basta con no recogerla, con no hacer nada especial para que el factor psicológico de la podredumbre, la fetidez y las ratas impacte de inmediato sobre una masa preocupada, asqueada y enardecida a partes iguales, que lo que va a hacer siempre es girarse hacia el Ayuntamiento, levantar la voz y exigir soluciones inmediatas, parches que permitirán esconder los desperdicios (y el problema) debajo de la alfombra hasta la próxima crisis.

Y hasta la fecha, nuestros políticos (de todos los signos) siempre se han rendido, porque la solución elegida ha sido la de ceder, ceder ante el chantaje en cuanto la situación se vuelve insostenible. Pues creo que es el momento de parar, de decir que no y de romper de una vez por todas este círculo vicioso que utiliza a los coruñeses como rehenes en su propia ciudad.