Las infraviviendas para universitarios en A Zapateira, una realidad que persiste en A Coruña

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA

A CORUÑA

zapateira.La investigación realizada desde la Vicerreitoría de Infraestruturas de la Universidade da Coruña (UDC) se realizó en el 2008
La investigación realizada desde la Vicerreitoría de Infraestruturas de la Universidade da Coruña (UDC) se realizó en el 2008 cedida

Los vecinos denuncian que estos habitáculos que no cumplen la norma urbanística se siguen alquilando

14 jul 2024 . Actualizado a las 23:04 h.

Cuando Sandra González Álvarez, entonces alumna de Arquitectura en A Coruña, se propuso documentar los habitáculos en los que dormían muchos de sus compañeros de escuela, no intuía la repercusión que su trabajo iba a generar. El estudio en el que registró junto a otros estudiantes más de un centenar de infraviviendas en los alrededores de la facultad, en A Zapateira, se convirtió en un informe coordinado por la Vicerreitoría de Infraestruturas de la Universidade da Coruña (UDC) sobre la pervivencia de los ranchos y corralones del XIX en el entorno del campus.

«Fue un trabajo de campo. Fui visitando las viviendas y sacamos una tipología. Algunas eran el no va más, otras galpones al lado de los cierres. Los había surrealistas, debajo de una pista de tenis. En otros entrabas de lado, eran un caseto con una cama pegado a la casa de la propietaria», recuerda Sandra, hoy arquitecta.

Aquello fue en el 2008, en la ciudad no había ninguna residencia universitaria pública, la Elvira Bao abrió en el 2018 con 46 plazas. Para los estudiantes era complicado encontrar una habitación. Hoy, 16 años más tarde, la subida de los alquileres sigue complicado su acceso.

«A Coruña non é das peores cidades universitarias en canto á gravidade desta situación, penso en Santiago. Pero é certo que cando se deseñan estas infraestruturas, coma unha facultade afastada do núcleo urbano, non se pensa nas consecuencias. Esquecémonos do que leva implícito. Como cando levantas un hospital e non fas aparcadoiros», apunta el arquitecto y profesor de la UDC José Manuel Vázquez Mosquera, uno de los docentes que dirigió el proyecto del 2008.

A pesar del revuelo mediático y de las multas anunciadas por el gobierno local de entonces, los vecinos de A Zapateira denuncian que el problema persiste.

«Siguen, y no solo acogen estudiantes, también trabajadores que no se pueden permitir los precios de la ciudad. Se aprovechan de eso y cotizan al alza. Hay una finca con 15 buzones», exclama Juan Sánchez-Albornoz, el presidente del colectivo vecinal.

No tienen licencia de primera ocupación ni célula de habitabilidad en la mayoría de casos, pero en muchas de estas edificaciones que no alcanzan los 20 metros cuadrados de superficie útil la irregularidad urbanística ha prescrito, por lo que están consolidadas. Sin embargo, recuerdan los vecinos, esto no valida su actividad económica.

zapateira.Sandra González fue una de las alumnas de Arquitectura que en el 2008 documentó el trabajo sobre las infraviviendas en A Zapateira. En la foto, en la actualidad, con el que fue uno de sus profesores, José Manuel Vázquez Mosquera
Sandra González fue una de las alumnas de Arquitectura que en el 2008 documentó el trabajo sobre las infraviviendas en A Zapateira. En la foto, en la actualidad, con el que fue uno de sus profesores, José Manuel Vázquez Mosquera Sara Toja

Un plan de inspección

Desde el gobierno local de A Coruña remarcan que el departamento de Urbanismo trabaja en la puesta en marcha de un plan de inspección «para evitar este tipo de situaciones».

«A universidade non é só aulas e facultades, tamén espazos onde se poidan desenrolar necesidades fundamentais. Atrae a miles e miles de rapaces cada ano. O número de prazas nas residencias segue a ser ridículo», expone otro de los profesores que supervisó el trabajo, Xosé Lois Martínez. Extiende las responsabilidades a la hora de evitar estas infraviviendas a la universidad, el Ayuntamiento y a la Consellería de Educación.

José Luis Martínez fue uno de los estudiantes de Arquitectura que vivió en una estas miniviviendas. Hoy, como arquitecto, sigue reivindicando que se corrija esta situación. «Empecei a carreira no 96. Eran contratos ilegais, de palabra, pagando en negro. A miña habitación custaba 20.000 pesetas. Ao comezo, pensamos que era unha boa idea, logo vimos que era moi insalubre. Incumpriron todas as normativas posibles», recuerda. Sobre la situación actual, apunta: «Sei que seguen a funcionar. O Concello dixo que ían notificar aos infractores, cousa que nunca sucedeu».

Sandra González destaca que su intención no fue crear una «bomba política, sino hacer una investigación urbanística. Era un problema, la universidad no tenía bolsa de viviendas, los vecinos dieron una respuesta, no la adecuada, pero una respuesta».

Desde la UDC apuntan que «hai que ter en conta que unha porcentaxe destacada do noso alumnado procede da Coruña e área de influencia, polo que é posible que a demanda de aloxamento universitario aquí sexa algo inferior a de outras cidades. En todo caso, é necesario que aquel estudantado que chega de fóra poida ter acceso a unha fórmula de residencia adecuada e digna». En el presente, «pola información que manexamos das conversas co alumnado en diferentes momentos do curso, a problemática na nosa cidade é máis de prezo, dada a suba experimentada nos últimos anos», sostienen desde la institución académica.