Omar Montes conquista María Pita con regusto a arena y sal

María Rey / M.C.

A CORUÑA

El carismático cantante madrileño, vestido del Dépor, subió la temperatura ante 26.000 personas, según el Ayuntamiento

06 ago 2024 . Actualizado a las 11:41 h.

En la plaza no cabía un alfiler. Más de 26.000 personas, según el Ayuntamiento de A Coruña, se preparaban para ver a Omar Montes, el conocido artista de reguetón y flamenco de Carabanchel. Miles de fans esperaban con ansia poder corear las canciones que catapultaron a la fama al cantante, carismático y de naturalidad desbordante. 

La mayor parte del público era joven, muchos de ellos sin superar todavía la mayoría de edad. El colorido de las camisetas de fútbol destacaba en la masa de espectadores, junto al vaivén de los abanicos apresurados. Pese al cielo nublado, el calor de la multitud se elevaba, superando incluso los balcones, donde los más privilegiados observaban el acto.

«Voy a gritar... Madre mía, me voy a quedar sin voz», proclamaba una fan del cantante. Cuando apareció en la plaza, antes incluso de subir al escenario, los gritos emocionados y aplausos multitudinarios lo recibieron.

Las escaleras circundantes al Ayuntamiento estaban tomadas por la muchedumbre. Bailar era imposible en el epicentro de la plaza, donde los asistentes estaban hombro con hombro. El de raíces marroquíes se hizo de rogar, empezando casi media hora tarde.

Con un «¡Buenas noches Coruña! ¿La vamos a gozar o no la vamos a gozar? ¡Arriba, arriba, arriba!» abrió su actuación, ataviado con una camiseta del Dépor. A la primera canción, Morena, le siguió Patio de la Cárcel. Después sonó La llama del amor. Confetis lanzados al aire animaron el encuentro y los silencios dejados por el cantante henchidos de memoria por el público. Para la cuarta canción, anunció: «Necesito un chico y una chica. Esa era la parte fácil. Lo difícil es que necesito que bailen sevillano. Del baile que se echen puede surgir una historia de amor». Tras reírse con su audiencia, decidió que se subirían «los tres o cuatro más atrevidos de A Coruña». Tras recibirlos y presentarlos, y probar las dotes de cada uno, dio paso a La Sevillana.

Con el carisma que lo caracteriza, Montes consiguió conectar con el público del primer tema al último. Esta esperada cita quedará para el recuerdo, grabada para siempre en las losas de la plaza al son de miles de pies moviéndose al compás.