Dejar trabajar al profesor

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

DADO RUVIC

Mucho ha cambiado la enseñanza desde que íbamos a clase los felices integrantes de aquella generación de EGB, BUP y COU

28 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Tratar de tomar el control del aula desde un grupo de wasap de padres... Puede sonar duro, pero se parece bastante a lo que estamos viendo en algunos casos.

Mucho ha cambiado la enseñanza desde que íbamos a clase los felices integrantes de aquella generación de EGB, BUP y COU. Muy ingenuos nos vemos ahora que somos padres, al compararnos con nuestros hijos.

No seré yo quien defienda aquella educación todavía obtusa de los años setenta, con la Dictadura franquista sobre nuestros hombros y la dictadura del profesor sobre nuestras cabezas. ¡Menudos capones! Un sistema en vías de extinción en que el maestro tenía un poder omnímodo, su palabra era ley, no permitía réplica y educaba con naturalidad en la fría represión, incontestable ya no solo por los alumnos, sino también por los padres.

Cincuenta años después, todo parece del revés. El profesor ya no tiene el control absoluto del proceso educativo y en el aula se cuelan a veces los progenitores con una presión que en ocasiones es preocupante.

Llama la atención la tensión y la indignación que rezuman algunos grupos de wasap (los menos, por suerte) en que los padres juzgan y sentencian a los profesores. En la mayoría de los casos, sin conocer los motivos de sus decisiones. La aldea global y beligerante del wasap puede ser un arma arrojadiza contra el maestro, cuyo prestigio se juzga en el ágora virtual con un veredicto que se traslada a las tutorías presenciales.

Nunca ha estado tan formado el profesorado como hoy. Nunca han estado tan protegidos en el aula los derechos del alumno. Y nunca han estado tan presionados los maestros. A la gente hay que dejarla trabajar.