Olmos y fotos de bodas en el jardín de San Carlos de A Coruña

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

El jardín de San Carlos.
El jardín de San Carlos. ANGEL MANSO

Su olmeda, desde este lunes, llorará la pérdida de sus ramas y sus troncos como Lady Hester Stanhope llora la pérdida de su amo

19 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Doble valor tienen para mí las fotos de mi boda. Uno, el sentimental, esencia de uno de los días más importantes de mi vida, y otro, el artístico, porque esas imágenes las tomó un maestro de la fotografía como es mi compañero Xosé Castro, Pepucho. Los lugares elegidos: las Bárbaras y, por supuesto, San Carlos.

El valor incalculable que poseen para mí esas fotos no es ni mayor ni menor que la devoción que sienten por las suyas los cientos de miles de coruñeses que a lo largo de las generaciones se han retratado en este jardín. Para empezar, casi todos los que celebraron su matrimonio en la colegiata, Santiago o en ceremonia civil en el Ayuntamiento.

San Carlos tiene algo mágico, un halo neblinoso que filtra la luz entre los árboles hasta la tumba de sir John Moore y que da contexto a leyendas románticas como la del fantasma de su amante, Lady Hester Stanhope, que cada 16 de enero vuelve a visitarlo al primero de los jardines diseñados en la ciudad.

Y tiene sobre todo su olmeda, la más antigua de Europa, portadora del velo de hojas que tamiza la luz del parterre y que desde este lunes llorará la pérdida de sus ramas y sus troncos como Lady Hester Stanhope llora la pérdida de su amor. Como lloraremos los miles y miles de coruñeses que tenemos en este lugar hechizado nuestras fotos más queridas, nuestros más dilectos recuerdos.

La olmeda de San Carlos es una de las estampas más reconocibles y veneradas de Coruña para los coruñeses. Es una pérdida colectiva de un valor incalculable. Se plantarán nuevos árboles que tardarán décadas en volver a dar al jardín su inefable aspecto sepulcral, velado, intrigante, maravilloso... Una verdadera pena.