Jesús Castro Nodar, un emprendedor hecho a sí mismo con un carácter irrepetible

A Suso lo vamos a echar muchos de menos. Una inesperada infección se lo llevó antes de tiempo. Jesús Castro Nodar (21 de julio de 1945) era una persona muy cercana y querida en el entorno de la plaza de España. Llegó muy joven del norte de la provincia y pronto empezó a trabajar en el hotel Riazor.

Pero Suso era un soñador pragmático que siempre pensaba en mejorar. La efervescencia de la ciudad pasaba por el mundo financiero y entró en el ya desaparecido Banco del Noroeste cuando apenas era un veinteañero y antes de casarse con Vituca, madre de sus dos hijos, Jorge, abogado, y Raúl, el continuador de la experiencia empresarial de Castro.

Con el conocimiento adquirida, decidió crear su propia empresa de servicios financieros para cubrir parte de la demanda que los bancos tradicionales no podían atender solos. En enero de 1993 constituyó Atacas, que primero ocupó una pequeña oficina en los Cantones y luego pasó a Varela Silvari, donde acabaron trabajando más de un centenar de personas para las que fue mucho más que un jefe o un empresario convencional.

Pero más allá de los éxitos laborales, hasta el nacimiento de sus nietos Roque y Helena, su principal motivo de alegría eran sus amigos. Persona tímida, pero curiosa, con un carácter fuerte, pero siempre dispuesto a echar una mano a quien lo necesitara, era muy querido en su barrio. Las mesas de As Landras le echarán de menos, como muchos otros locales del entorno.

Era futbolero, un poco del Barça y mucho del Dépor, y le apasionaba una buena partida. De tute o de mus. A ver quién va a jugar con Matute ahora. Jorge e Inés, la alcaldesa, de la que se sentía muy orgulloso, Raúl y Eli, Helena y Roque te echarán mucho de menos. Como también te añoraremos Santamariña, Toñito, Varela, Roberto o yo. Dale saludos a Paquito y descansa en paz.

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