Fernández Latorre, la calle especial

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

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La avenida resulta fascinante, es de película, gracias a los locales que transmiten amor por el trabajo

24 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Primero fueron los grandes almacenes. Después, los centros comerciales. Y más tarde, los gigantes de la distribución online. En toda esa secuencia, aquel florido comercio local que existía en las calles de la ciudad fue desapareciendo, dejando un reguero de nostalgia. La que idealiza aquel paisaje de rostros sonrientes, tiendas de colores y trato exquisito. De tanto evocar, se ve en la memoria como una mezcla de la serie Cuéntame con el filme Amélie.

Todo eso se puede vivir aún en el 2025. Porque hay una calle de película en A Coruña. Es la avenida Fernández Latorre, en Cuatro Caminos. Una de sus aceras —la de la derecha, caminando hacia Alfonso Molina— resulta fascinante. Hay algo tremendamente especial en esos locales. Transmiten amor por el trabajo. Calma. Mucha armonía. Parece como si todo estuviera en su sitio. Con el color adecuado. Con el diseño perfecto. Desde el estudio de cocinas Bulthaup, que desprende ese aire de sofisticación alemana, al Briznas, una preciosa tienda de lanas que muestra espléndida su variedad cromática. Caso aparte es Casa Vega, la tienda de ultramarinos en cuyo escaparate las manzanas brillan y las fresas van a juego con los bustos de aire clásico de los que cuelgan uvas. Siguiendo el paseo, se encuentra Bensenta, un establecimiento de repostería saludable donde hay hasta talleres, y la peluquería Antena, decorada elegantemente con madera. Incluso el bar O Asturiano luce unas lámparas superchulas que encajan en esa línea. Cierra el paseo Formatos, una golosa librería con gusto por la arquitectura. Al final, tras unas vallas de obra de reforma, se encuentra la mítica Didó, que hace décadas ya emitía las mismas vibraciones. Y lástima que el lutier Jose Catorira se haya trasladado, porque su local era otra delicia para los ojos.