A Coruña se rinde al entroido con un desfile de fantasía y elementos tradicionales

«Vengo todos los años al desfile, me encanta el carnaval», dijo Susana García ataviada de guerrera, al igual que su amiga Maica. Ellas y otros miles de coruñeses disfrutaron este sábado del paso de las 24 carrozas participantes en el concurso de comparsas del entroido de A Coruña. En total, más de mil personas formaron la comitiva, que partió a las 18.00 horas del muelle de Calvo Sotelo por los Cantones hasta llegar a la plaza de María Pita. Cerca de 30.000 personas se acercaron a ver el desfile de entroido.

El fuerte y frío viento que azotó por la tarde no quitaron las ganas de fiesta de los coruñeses, que se pusieron sus mejores galas de entroido para disfrutar del tradicional desfile. Así, familias de dálmatas, romanos, pequeños Spiderman, tortugas ninjas, dragones, vaqueros, princesas, tiburones y hadas madrinas acompañaron el paso de las comparsas, entre las que no faltaron nombres de sobra conocidos como Monte alto a 100, Os Maracos o los Kilomberos, ni agrupaciones de la comarca. Los participantes llenaron la ciudad de elementos de fantasía, pero también hubo apuestas con guiños a la tradición.

Entre los primeros en desfilar aparecieron las abejas justicieras, seguidas del mundo Disney con La Bella y La Bestia. Algunas comparsas aprovecharon la ocasión para lanzar mensajes reivindicativos como «Altri Non». Lo hicieron con bomberos, activistas de Greenpeace, muchos eucaliptos y también taladores a bordo de la carroza llamada Maltri. Nadie se quiso perder el desfile de entroido, que incluso contó con la presencia de Barbara Rey y el rey emérito en una carroza que hizo alarde de la retranca del carnaval gallego. La fantasía siguió con Troula Seguido, que se hizo con el primer premio con sus Aladdin y Jazmín, acompañados por supuesto del malvado Jafar. No fueron los únicos personajes de Oriente presentes, ya que China fue la temática de otros participantes, de la Asociación A Píntega, en una desfile en la que también estuvieron Astérix y Obélix ,de la mano de la agrupación de Bribes, Cambre. Hubo más galos y romanos al paso de los grupos de Labañou y Riazor.

«Es la primera vez que vengo al desfile, aunque llevo varios años viviendo en A Coruña. Me ha sorprendido mucho, hay muchísima gente. Es impresionante», señaló Sonia Cortiñas, vilalbesa afincada en la ciudad, Su carroza favorita fue la que emuló a la discoteca Ushuaia de Ibiza y que hizo bailar a los asistentes. La comitiva contó también con ritmos árabes y exóticos pavos reales. Como es costumbre, participaron agrupaciones de Bolivia, que realizaron bailes típicos de ese país.

Una de las que llamó la atención de los presentes fue la que recreó el mundo mágico de Wonka. Y del cine a la televisión, con la carroza de el juego del Grand Prix, del clásico concurso de pueblos de España que fue recreado por Os dos Mallos. No perdieron detalle, ya que hasta contaron con la presencia del presentador Ramón García.

De Oriente al Caribe

La fiesta siguió por las calles con los marineros de Vamos a la playa, de Amigos da Xoldra. El mar fue también el ambiente en el que se inspiraron Los Kilomberos, que se metieron en la piel de medusas y tritones del mar, lanzando burbujas, mientras no dejaban de tocar los tambores. Si ellos animaron el ambiente con su música, Os Malandros calentaron la fría tarde con su apuesta, de fuego.

La comparsa que el pasado sábado se hizo con la victoria en modalidad de música y letra brilló en un desfile en el que los sonidos latinos estuvieron presentes con Monte Alto a 100, que se vistieron como caribeños. Los espantapájaros, de la mano de Badabúm Sorpresa, que mantuvieron el ritmo con sus tambores, también formaron parte de una comitiva en la que estuvieron presentes las figuras de Sargadelos, con la torre de Hércules incluida, que les dieron a Los Chinchetas de Meicende el primer premio en vestuario y coreografía. 

Para cerrar el desfile, que no el carnaval coruñés, que sigue adelante, máxima seguridad con los polis de Lego —galardonados por su originalidad—, que mandan al talego a quien incumpla las normas. Tras el desfile, el entroido continúa por las calles.

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