«Solo la iglesia de Loureda y la casa rectoral podrían ser BIC en Arteixo»
A CORUÑA

El párroco trabaja en una guía de más de 100 páginas sobre el templo
10 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El párroco de Loureda, Manuel Blanco Rey, revisa estos días el testamento, realizado en 1804, del autor del retablo de la iglesia para abordar lo que va a ser la guía del templo, que está confeccionando y que superará el centenar de páginas. «En la guía va a recogerse la descripción de la iglesia, las obras de cuándo y quién lo hizo, también del retablo, que es lo que llama la atención a todo el mundo, que fue colocado en junio de 1775 por don José Ferreiro», explica. Asegura que no hay similitudes con otros y que es el único que se mantiene en su ubicación original y sin modificaciones.
Explica que la gran suerte para que se salvase la obra es que el templo no tuvo grandes intervenciones. «Se salvó por poco, porque los retablos laterales, si no se hubiera intervenido estarían derrumbados. Por eso no pude esperar a que la Xunta diera lo que no dio, ni el Arzobispado tampoco», explica sobre una restauración que realizó de manera urgente hace dos años. «Si empiezas con la burocracia de las cosas, esto se cae», precisa sobre una restauración en la que rechaza revelar cuánto tuvo que anticipar, pero para la que ha contado con alguna aportación de los feligreses.

En su investigación remarca la relación con la diócesis de Valladolid. «El cura que diseñó el retablo dice en las cuentas que los 10.000 paneles de oro para dorar el altar y algunas imágenes vinieron de allí», explica. Relata que notó en falta, en un templo en el que «altar mayor está dedicado a la Asunción, otro a la Virgen del Carmen y otro a la de los Dolores, lo que indica que el cura era sumamente mariano, una referencia a la Anunciación» y la ha suplido solicitando a la restauradora un motivo con esa temática para el altar. Ella se inspiró en uno de Valladolid. «Es un bajo relieve de Santa María de la Armedilla, en Cogeces del Monte», precisa, sobre esa coincidencia.
La iglesia es de estilo románico de transición y fue construida entre el siglo XII y el XIII. «Gelmírez fue un mecenas en todo el Arzobispado y las grandes iglesias románicas que tenemos datan de él: Loureda, Morás, Lañas y Oseiro», recalca. Explica que la importancia del templo ya fue reconocida a principios del pasado siglo, cuando se contó con ella para una exposición de Galicia de 1902. «Llegan a Loureda, no pueden llevarse el retablo e hicieron unas fotos. Que llegasen a una iglesia rural es porque llama la atención de los historiadores y de los artistas. Gracias a esa imagen recuperamos un ángel que estaba con el hisopo para darle de beber a Jesús, que se había perdido», apunta sobre los trabajos que han supuesto un cambio muy visible en este templo, en el que se rebajó el presbiterio para instalar el retablo y se cambió la iluminación.
Diez años para unas obras
Más allá de la renovación del templo, lo que está pendiente es el proyecto de restauración de la rectoral, que arrancó en el 2015 con una cesión por 30 años, prorrogables de cinco en cinco años, firmada entre el Concello y el Arzobispado. El acuerdo incluía tramitar la declaración del retablo y el entorno del iglesario como bien de interés cultural (BIC). En aquel momento, se había indicado que la rehabilitación de la rectoral permitiría trasladar allí el archivo municipal y destinar estancias a uso vecinal. Esto fue acompañado por la elaboración de un plan director, que había sido presentado por el arquitecto Iago Seara y el catedrático de Historia del Arte Juan Monterroso.
«La rectoral hay que dejarla en descanso, porque los políticos son así. Si yo hiciera eso mismo con la iglesia, no la tendríamos hoy», considera el párroco, que recuerda que, en su día, respaldó el convenio. «Este es el único lugar, la iglesia y la casa rectoral, que podría ser un BIC en Arteixo», comenta y asegura que la propuesta le parecía «excesivamente ambiciosa», ya que suponía desviar la circulación en el entorno. En todo este tiempo, de las obras previstas en la rectoral «se puso la cubierta y poco más». «Hay un dicho pacta sunt servanda, hay que conservar y cumplir los pactos. Aquí hay pacta, pero no servanda. Tendría que estar hecho», estima.