En la UDC los menús son como antes

c. p. g. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CAFETERÍA DE APAREJADORES Y CIENCIAS. COMEDOR. MENU BARATO EN EL CAMPUS DE LA UDC.
CAFETERÍA DE APAREJADORES Y CIENCIAS. COMEDOR. MENU BARATO EN EL CAMPUS DE LA UDC. MARCOS MÍGUEZ

Las cafeterías de las facultades de A Coruña ofrecen comidas a precios muy asequibles

11 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cafeterías universitarias son refugios. Durante generaciones, los alumnos han pasado en ellas horas y horas entre jugadas de mus, cafés y cervezas. Es una etapa que, con particularidades y diferencias, millones de jóvenes han vivido en sus carnes.

Son precisamente esos años de juventud los que ven nacer los primeros signos de adultez, tanto físicos como mentales. Y como crecer cansa, es también la época en la que se tiene hambre. Mucha hambre. A ello dan respuesta las cantinas universitarias con sus icónicos y generosos menús del día, tapas y bocadillos.

Las facultades y escuelas dependientes de la Universidade da Coruña tienen un total de 14 cafeterías. Doce en A Coruña, una en Oleiros (Ciencias del Deporte y Educación Física) y una en Ferrol. Todas tienen una carta surtida y, sobre todo, muy económica. Los menús oscilan dentro de una asequibilísima horquilla de entre 6 y 8 euros. Algo que, fuera de los entornos universitarios, suena casi a ciencia ficción. Desde hace mucho tiempo, cualquier comida que ronde los 10 euros es considerada una ganga de otro tiempo. Pero en los campus el calendario está congelado. 

CAFETERIA DE LA FACULTAD DE SOCIOLOGÍA
CAFETERIA DE LA FACULTAD DE SOCIOLOGÍA MARCOS MÍGUEZ

«Quieren comer bien»

Cuando se es joven y enérgico, lo normal es tener muchísimas ganas de hacer cosas, muchísimas ganas de comer con contundencia y muy poco dinero. Es por eso que estos lugares son pequeños oasis que se adaptan a los bolsillos de sus clientes.

Muy buena fama entre el alumnado tiene la cafetería de Informática. El menú completo, con bebida incluida, son 7 euros. El medio menú, 5,40 euros. Además, se ofertan más de una quincena de tapas que solamente cuestan «entre un euro y pico y dos euros», explica la responsable, Evelyn Vázquez. Una persona con experiencia. Sabe lo que esperan los muchachos de ellos. Les tiene más que cogido el pulso. «Aquí siempre hay carne o pasta». Hay muchos platos que triunfan, pero uno en concreto se lleva la palma. «Lo que más me piden es la milanesa de pollo», cuenta.

Paz Sancosmed está al frente de la cafetería de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica. Advierte que de su cocina solo salen «cosas saludables». El día que atiende la llamada del periódico, por ejemplo, ofrece platos muy apetecibles, como cocido con sopa y grelos, nachos con guacamole o albóndigas con arroz. El menú completo son 6,60 euros, tanto para estudiantes como para gente de fuera. «En teoría podríamos cobrar hasta un euro más para la gente que no es de la universidad, pero de momento no lo hacemos», aclara Sancosmed. No obstante, puntualiza que, en realidad, lo que más piden los jóvenes son los bocadillos. Un alimento socorrido porque sirve tanto de plato principal como de aperitivo o merienda (todo depende del apetito de cada uno).

En la cafetería de Ciencias del Deporte, la única universitaria que hay en Oleiros, el menú cuesta también 6,60 euros. Incluye postres caseros —y yogur o fruta como opciones más ligeras—. Tiene además este lugar una particularidad. La actividad física tiene —claro— una presencia primordial, importantísima en esta facultad. Y eso influye, y mucho, en el apetito de la concurrencia. «Hay que darles cantidad, porque vienen de hacer mucho deporte y quieren comer bien», ilustra María del Carmen Barral, encargada del local. También hay puntos en común con otros sitios. «Les gusta mucho la pasta, siempre tiene que haber pasta». No son precisamente pocos los que se guían, a la hora de elegir plato, por lo que vaya a dejar más satisfecho el estómago. «Hoy, por ejemplo, lo que más se vendió fue el cachopo, porque es lo más contundente». La idea general la resume Barral con esta frase: «Quieren comer muy bien». Difícilmente se les puede culpar por ello.

Las facultades de Sociología y de Ciencias de la Comunicación comparten cafetería, así que la responsabilidad de Montse Alhambra es doble. No es muy habitual, cuenta, que los alumnos se paren a felicitar por esta o aquella receta. Pero hay un indicador infalible para saber que lo que se hace gusta. «Comen y se van. Pero a mí casi todos los platos me llegan vacíos». Una imagen vale más que mil palabras. El plato vuelve limpio.