
La Sinfónica de Galicia, dirigida por José Trigueros, enhebró un programa de calado, estético y musical, con piezas de Messiaen, Britten y Fernando BuideSif
29 mar 2025 . Actualizado a las 19:10 h.La OSG unió dos clásicos del siglo XX (Messiaen y Britten) con el estreno de una cantata de Fernando Buide: apuesta por música contemporánea de agradecer. Las obras evocan acercamientos opuestos a la mística, a lo divino y lo humano. Programa original en planteamiento y coherente en formas.
Les Offrandes oubliées, de Messiaen, se acerca a la mística de lo divino; y José Trigueros (afín a esta música) armó una versión con atmósfera, susceptible de mayor tensión en la sección central, con momentos que penetraron en la estética del autor, como el soberbio final.
Les Illuminations, de Britten, para cuerdas y voz con poemas de Rimbaud, versa sobre lo humano. Interesante ofrecer una obra de cámara y recuperar la vocalidad original de soprano. Raquel Lojendio, voz más lírica de lo acostumbrado en este ciclo, impuso redondez, carnosidad y homogeneidad de timbre; cómoda en todo el registro, negociando intervalos complejos. Sus medios hicieron justicia a esta música desde un instrumento corpóreo y bien timbrado que corrió sin problemas. Trigueros profundizó en matices: mención al diálogo inicial de violines y violas, o al destacado trabajo de Oltaz Ruiz, perfecta en su presentación como concertino.
Cántico aborda la búsqueda de lo absoluto desde poemas de José Ángel Valente y Ernesto Cardenal. Se corrobora el buen oficio de Fernando Buide como orquestador, manejando una plantilla amplia con lenguaje contrastante entre la fiereza de los interludios orquestales y la intimidad de unas líneas de canto claras y delicadas, tanto en el coro (sonó mejor aquí que otras veces) como en la parte solista que defendió Lojendio dando su voz cremosa a páginas de gran lirismo que alcanzaron su mejor momento al fusionarse con el coro: instantes escalofriantes. Si los textos funcionan con fortuna desigual (punto más débil), la música logra fuerte impacto emocional que es el mayor hallazgo de Cántico. Trigueros dominó la partitura con la complicidad de todos. Notable estreno.
Ante el calado musical y estético de este programa, uno desearía que la línea de programación fuese en esta dirección con más frecuencia.