Tala de árboles en la calle Juan Castro Mosquera, en A Coruña, por un problema de seguridad

F. Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

Desde el Ayuntamiento avanzan que se repondrán los nueve ejemplares con perales de flor en cuanto sea posible

14 abr 2025 . Actualizado a las 11:06 h.

La calle Juan Castro Mosquera, una de las más pintorescas y arboladas de A Coruña, se ha quedado completamente desprovista de árboles tras la reciente tala de los nueve ejemplares que la adornaban. La medida, ejecutada por el Ayuntamiento a través de la empresa de mantenimiento de jardines Arce, ha generado una gran conmoción entre vecinos y viandantes, que denunciaron la falta de información y exigen un plan de reposición.

La tala, que se ha producido en paralelo a las obras de reurbanización y reasfaltado de la zona, ha sido justificada por el consistorio por motivos de seguridad. Según explicó un operario a Voces de A Coruña, de Radio Voz, uno de los árboles se desplomó hace unas semanas, lo que activó una inspección técnica del resto de ejemplares. Los informes determinaron que todos ellos estaban en mal estado y presentaban riesgo de caída, por lo que se procedió a su retirada inmediata.

«La calle ha quedado irreconocible, desangelada. Era una de las pocas con arbolado frondoso en esta zona», lamentó un vecino, describiendo la escena con tonos de tristeza y desconcierto. Incluso testigos que pasaban por allí se mostraban impactados al ver la vía completamente vacía de vegetación. Los residentes insisteron en que debe diseñarse un plan integral de reposición y mantenimiento arbóreo para garantizar la sostenibilidad y la seguridad a largo plazo.

Además, varios ciudadanos se han mostrado críticos con la falta de transparencia. Reclaman que se instale cartelería informativa en la zona que explique los motivos de la tala y muestre una maqueta de cómo quedará la calle tras la intervención. «No queremos solo asfalto. Queremos árboles, queremos vida», resumía una vecina visiblemente afectada. Desde el Ayuntamiento, se espera una respuesta oficial sobre el tipo de especie que se plantará y el calendario previsto para la repoblación.

Se descubrió que sus raíces estaban espiralizadas

La concejala de Infraestruturas e Mobilidade, Noemí Díaz, ha explicado este lunes en Radio Voz que la decisión se ha tomado «por estricta necesidad» tras detectarse problemas estructurales en los ejemplares afectados.

Díaz detalló que los árboles parecían estar en buen estado hasta que, durante unas obras, se descubrió que sus raíces estaban espiralizadas, una malformación que impide que el árbol tenga el soporte adecuado para sostener su copa. «Cuando intervenimos, descubrimos raíces defectuosas y, tras los estudios pertinentes con especialistas, se identificaron también pudriciones internas en el tronco que aumentaban el riesgo de rotura o incluso de vuelco», afirmó. Según la concejala, el procedimiento habitual en estos casos incluye la elaboración de informes técnicos, análisis de las raíces y pruebas con registógrafo —un sistema que permite conocer el estado de la madera en el interior del tronco—. A la vista de los resultados, y ante el riesgo potencial para la seguridad de las personas, el Ayuntamiento decidió actuar «con la mayor celeridad».

La edil quiso dejar claro que «no se talan árboles por gusto» y que cada decisión se toma priorizando la seguridad, pero también con el compromiso de reponer la masa arbórea. «Cada árbol o palmera que se tale será reemplazado por tres nuevos árboles», aseguró. Para ello, el presupuesto municipal de este año incluye una partida específica destinada a la plantación de arbolado. Sobre las replantaciones, Díaz avanzó que en Juan Castro Mosquera se colocarán ejemplares de perales ornamentales, como los recientemente introducidos en la calle Pla y Cancela. En la plaza de Ourense, donde se han retirado chopos —especie de madera blanda y proclive a pudrirse en ambientes ventosos—, se plantarán olmos resistentes a la grafiosis, como los de los jardines de San Carlos.

La concejala también respondió a la inquietud ciudadana sobre la aparente falta de seguimiento del estado de los árboles más longevos. Aseguró que ya existe una inspección visual periódica de los 25.000 ejemplares de la ciudad, si bien no todos pueden ser analizados en profundidad con técnicas como el registógrafo por razones logísticas. «Sí realizamos un seguimiento constante de los árboles más antiguos y emblemáticos», señaló.

Díaz reconoció el impacto emocional que puede causar ver una calle o plaza sin sus árboles de toda la vida y valoró la posibilidad de colocar carteles informativos en las zonas afectadas, para explicar el motivo de las talas y cómo quedará la zona tras la replantación. «Entiendo esa sensación de desolación, pero queremos que se entienda que actuamos para proteger a las personas», recordó. Por último, apuntó que no hay prevista ninguna tala inmediata de otros ejemplares, aunque las empresas concesionarias siguen revisando sus respectivas zonas de manera rutinaria. Las podas, en cambio, sí se llevan a cabo periódicamente para garantizar la salud y estabilidad del arbolado urbano.