En recuerdo de Víctor Manuel Vales Naveira, «el hombre con el corazón de oro»
A CORUÑA

El operario falleció electrocutado el pasado jueves, cuando colocaba la climatización en el hospital de Barbanza
15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Es bien cierto que nuestro destino está ya planificado de antemano, pues por mucho que tengamos planeado, llega el momento de partir sin nuestro consentimiento. Esto es lo que le pasó a Víctor, un hombre lleno de vida, amigo de todo el mundo, cargado de amor y cariño sobre todo para su familia y presto a ayudar a cualquiera, ofreciéndose sin interés alguno.
Querido Víctor, quién podía pensar que apenas hace un mes nos reunimos todos los primos en una comida familiar siendo tú, como siempre, quien amenizaba el acontecimiento con bromas y nos instaba a continuar con estas celebraciones periódicas.
Y este último sábado por esta vida tan incomprensible e injusta, te hemos despedido con muchísimo dolor, sobre todo tus padres (Suso y Mercedes), los cuales deben estar orgullosos del hijo que tenía un corazón de ORO, con mayúsculas. Quien supo ganarse el afecto y cariños de quienes lo conocían, y que veían en él la humildad y la gran amistad que brindaba a todo el mundo.
Prueba de todo lo anteriormente expuestos fue la gran cantidad de gente que te acompañó, tanto en el velatorio como al cementerio. Y te puedo afirmar que en mi vida he visto tantas muestras de reconocimiento transformadas en un multitudinario ir y venir de personas llenas de dolor para acompañarte en tu velatorio. Fue asombrosa la cantidad de coronas, ramos y centros florales. Tantos o más que los que recibiría cualquier alto cargo del Estado. Y en esos casos muchos son por protocolo. En cambio, lo tuyo fue un claro ejemplo de amistad y agradecimiento por parte de todos los que te conocían, te quisieron y compartieron tu vida.
Desde aquí quiero decirles a tus padres que sé que es imposible consolarlos como quisiera. Pero que deben sentirse muy orgullosos del hijo que educaron en el amor a la familia (sobre todo a su abuela) y en hacer el bien por donde pasaba. Fue durísimo despedirte de esta manera, pero Víctor, ten por seguro que estarás con nosotros y que en tu recuerdo nos volveremos a reunir los primos donde, segurísimo, tú estarás entre nosotros.