Sandra López: «Nos vemos obligadas a tener que estar saliendo del armario constantemente»

A CORUÑA

En el Día de la Visibilidad Lésbica, la directora de Les Coruña reivindica el valor de las referentes
27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Fueron las asociaciones españolas las que impulsaron que el 26 de abril se celebrase el Día de la Visibilidad Lésbica, que se conmemora desde el año 2008. Sandra López dirige Les Coruña y reivindica la necesidad de que, sobre todo en el mundo rural o entornos más pequeños, existan referentes.
—¿Por eso existe este día?
—Son muy importantes los referentes, ver que hay más gente como tú, que no eres la bicho raro que se enamora de otra mujer. Nuestra sociedad sigue presumiendo la heterosexualidad, cuando esto está demostrado que no es así. Sin embargo, los comportamientos de la mayoría de la gente son así. Te pasa cuando vas al médico, te pasa cuando vas a un hotel, se presume la heterosexualidad y te encuentras con situaciones en las que tú constantemente tienes que estar saliendo del armario. Imagínate tener que ir diciendo por ahí que eres heterosexual todo el tiempo. A nadie le cabe esto en la cabeza. Y nosotras, sin embargo, tenemos que vivir determinadas situaciones en las que nos vemos obligadas a tener que estar saliendo constantemente del armario. Que no deja de ser, aunque no lo parezca, una violencia implícita contra nosotras. Y lo complicado que es el tener que estar hablando todo el tiempo de algo que no deja de ser personal, que no tiene por qué salir, si no queremos, de nuestra esfera privada.
—La exposición supone un desgaste...
—Supone un desgaste y generosidad por parte de las personas que lo hacen y que se visibilizan para evitar que otras que están sufriendo, que no son capaces, pues que vean que hay referentes que están visibles al 100 %, que es costoso. No todo el mundo tiene que hacerlo, cada una tiene un proceso distinto.
—No todos los entornos son iguales, no es lo mismo ser lesbiana en una ciudad como A Coruña que en una zona rural.
—Mira, existe una emigración que se está dando en el colectivo LGTBIQ+ que no es por trabajo, es simplemente por tu condición sexual, para poder ser tú misma, para no sentir la mirada, o no ser la lesbiana o el gay del pueblo, para poder hacer una vida normal sin tener los ojos de todo el mundo encima de ti. Esa emigración existe y se está produciendo del medio rural a las ciudades. Y ojo que también pasa de una ciudad a otra en la que no esté a lo mejor la familia o el grupo de gente con el que te sueles relacionar, buscar un poco el anonimato, salir de tu círculo habitual.
—En la sociedad en general, pero también en el colectivo, ¿está más normalizado un hombre gay que una lesbiana?
—Claro, de hecho una de las cosas por las que se empezó a celebrar el Día de la Visibilidad Lésbica es porque la letra L dentro del colectivo LGTBIQ+ es la más invisibilizada. Piensa que se suman dos cosas, la discriminación por ser mujer y la discriminación por ser lesbiana. La mujer ya sufre discriminación en muchos ámbitos de la vida. Pues a eso hay que sumar el condicionante de ser lesbiana. Tenemos más miedo incluso a denunciar agresiones. Está peor visto también ser una mujer trans que un hombre trans. Los hombres trans tienen muchas menos dificultades para encontrar trabajo. ¿Qué le queda a una mujer trans? La prostitución, a lo mejor alguna cosa de peluquería... y eso es una realidad. Contra eso hay que seguir peleando.
—¿En el entorno laboral hay más gente que prefiere que no trascienda su orientación?
—Es un problema siempre, fíjate que lamentablemente somos una sociedad con plumofobia. Cuanta más pluma, peor lo va a tener una persona para encontrar trabajo.
Qué dice: «Estamos muy lejos de conseguir la normalidad, la igualdad de derechos. Hemos hecho avances, hemos conseguido cosas, pero mientras no deje de resultar raro ver de la mano por la calle a dos personas del mismo género tendremos que seguir trabajando y visibilizándonos».
«En esta ciudad ha muerto una persona por odio al colectivo LGTBI»
La asociación Les Coruña comenzó su andadura en el 2017. Desde entonces, han notado una evolución positiva en la ciudad, pero López se muestra muy cauta a la hora de hablar de avances.
—Es que han pasado muchas cosas. En esta ciudad ha muerto una persona por un ataque de odio al colectivo LGTBIQ+. Entonces, decir que hemos evolucionado mucho cuando ha muerto Samuel es complicado. Al menos ahora hay espacios seguros en los que nos podemos reunir, en los que podemos estar entre iguales y creemos que esa es la importancia de nuestra asociación.
—Las asociaciones del colectivo destacan que al reconocer que en el asesinato de Samuel hubo odio por orientación sexual sí se marca un punto de inflexión.
—Claro que se marca, porque antes parecía que el poder insultar a una persona, llamarle maricón, bollera o lo que fuera, era un condicionante sin mayor importancia, pero realmente es un delito de odio.
—Para celebrar el Día de la Visibilidad Lésbica han organizado estas semanas varias citas. Talleres, presentaciones, conciertos. ¿Qué otras actividades realizan a lo largo del año?
—Teníamos un evento, Habitación propia, en el que traíamos a mujeres de diferentes actividades. Escritoras, pintoras, creadoras de cómics, de contenido, que exponen en un recinto las cosas que ellas hacen, y aprendíamos las cosas que nos enseñaban de su trabajo diario. También creamos un ciclo de literatura LGTBIQ+, y sobre todo, de lesbianas o escrita por ellas, y un ciclo de escritoras. Luego atendemos el día a día de nuestras socias, de lo que puedan precisar. Si hay alguna situación de vulnerabilidad, tratamos de ayudar y echar una mano en lo que se pueda.