Cien años de la primera piedra de las casas baratas del Campo de Marte de A Coruña

C. Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

El metro cuadrado supera ahora los 3.000 euros de media en esta colonia situada en Monte Alto

03 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue el 21 abril de 1925 cuando se celebró en el Campo de Marte de A Coruña «el acto de colocación de la primera piedra de la barriada de 24 casas baratas que en aquel lugar» iba a edificar la cooperativa «formada por estimados convecinos». Así lo narró La Voz entonces en un artículo en el que se definió esa jornada como «brillante». La ceremonia fue el inicio del conjunto arquitectónico que en la actualidad poco tiene de humilde. Con los años, la colonia, en Monte Alto, ha sido revalorizada, alcanzando el pasado mes los 3.063 euros por metro cuadrado de media.

El proyecto nació «de una simple conversación, del deseo de poseer una casa propia», apuntó el presidente de la Cooperativa de Casas Baratas, Ramón Maseda en este diario en 1926. Precisamente, Francisco Dinís Díaz Gallego, hoy concejal de Urbanismo, Rehabilitación e Vivenda, recuerda el vínculo de estas construcciones con su partido, ya que Maseda fue el primer presidente del PSOE de A Coruña. Fue fusilado en 1936 tras estallar la Guerra Civil, pero antes logró su sueño de levantar esos hogares, de la mano del constructor Martín Ferreiro, que falleció en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen el 23 de noviembre de 1941. El proyecto fue obra de Pedro Mariño, entonces arquitecto municipal.

Parte del movimiento higienista

Para lograr ese objetivo, cada miembro de la sociedad puso 20 pesetas mensuales. «El paseante que se aventure hoy por la calle de la Torre se sentirá atraído hacia el Campo de Marte por el surgir de casas como en los cuentos de hadas», narró Maseda en La Voz el 1 de enero de 1926. «En siete meses, sin apoyo ni protección de nadie, 24 vecinos modestamente elevaron en aquel campecho casas, de las cuales cuatro ya podrán ser habitadas en el presente mes y otras cuatro en el próximo», añadió. Para realizar la iniciativa, la agrupación se acogió a la ley de casas baratas del año 21. «Se lanzaron denodadamente a la obra veinticuatro amigos de buena voluntad, convecinos respetables, todos relacionadísimos y estimados en el pueblo, pese a su modestia, con plena solvencia material y moral. Una casa para cada uno. Este es el programa. Y hay en el simpático y animoso corro de militares, propietarios, empleados, industriales, dueños de taller...», contó La Voz en 1925.

El origen de este conjunto arquitectónico está en el movimiento higienista. «Como otras corrientes, llegó más tarde a A Coruña», apunta Díaz Gallego. Este movimiento comenzó en el siglo XIX en las ciudades industriales para reclamar viviendas dignas para la población. El concejal de Urbanismo explica que el primer conjunto arquitectónico enmarcado en esta corriente en la ciudad fue el de Campo de Artillería, «pero el segundo y el más grande fue el de Campo de Marte, antiguo campo volante», añade el edil, que también hace referencia al origen humilde de otras zonas de chalés, «como una parte de Ciudad Jardín».

En la actualidad la mayor parte de las casas del Campo de Marte han sido restauradas. «Quedan solo dos o tres sin actualizar», señala el concejal de Urbanismo. Sobre su reforma, el edil indica que el plan general del 2013 específica cómo deben hacerse. «Es un conjunto de colonias protegido, por lo que hay que seguir unos criterios para su conservación», explica.

A cargo de una de las reformas estuvo el estudio Martiñán. «Fue hace algo más de diez años. Quedó preciosa. Tiene dos plantas y un sótano en el que se instaló una piscina», indica el arquitecto José Martiñán. Ese inmueble presentaba un deficiente estado de conservación, tanto en su interior como en las fachadas y cubiertas e instalaciones. Mantiñán apunta que aunque el origen de las casas del campo de Marte es humilde, en la actualidad «vivir en un chalé en el centro es un lujo».

Una zona que pasó de ser «un inculto paraje a un ameno paseo»

El presidente de la cooperativa, Ramón Maseda, relató en el artículo publicado en La Voz en 1926, Primer bosquejo de una obra grande, cómo nace una cooperativa, el nacimiento del proyecto. «Son en forma de chalés, por grupos escalonados de dos casas, con espacios de cuatro metros entre cada grupo y constan de bajo y piso», escribió.

Por su propia cuenta, la cooperativa construyó delante de cada hilera de casas y con frente a la plaza «una acera de dos metros de ancho» y colocó mas de cien árboles, «convirtiendo aquel inculto paraje en un ameno paseo», apuntó Maseda.

En el centro del campo se elevó una gran fuente «con arbolado por ambos lados y con profusión de bancos». Para coronar «este hermoso parque, el soberbio edificio público se denominó Grupo Escolar Curros Enríquez». Para Maseda, la obra supuso «una mejora importante» en la zona