Mar de invierno en primavera

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

CESAR QUIAN

No hay nada más terapéutico que el primer chapuzón del año, aunque fuera el aire esté helado y amenace lluvia

14 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Decía Sandra Faginas, después del apagón, que a los coruñeses nos cura la playa. De pie, en la orilla de Bastiagueiro, me acordé de su crónica mientras trataba de no morir de hipotermia el domingo por la mañana. Me acordé también de los padres y madres que soportan las mañanas heladas de partido de fútbol de sus criaturas en los campos de la Torre. Una, que agradece que a su retaco particular el fútbol no le chiste ni un poquito, nunca se imagina que si apunta al niño a surf, le va a tocar pasar frío igual. En realidad, una no se imagina que a estas altura de mayo la primavera estaría hibernando todavía.

Pero no puede ser igual el partido en la Torre que esta mañana de surf en Bastiagueiro. Aquí el mar trata de mojarnos los pies cada poco, mientras sube la marea, y el viento enreda el pelo y se empapan los vaqueros y la arena se va pegando en las manos cada vez que las sacas de los bolsillos.

Los niños han bajado a la playa con sus neoprenos, nerviosísimos, cargando las tablas de dos en dos. Tan pequeños y tan mayores al mismo tiempo, se lanzan al agua a una orden de los monitores de La Vieja Escuela, que se ha sumado a la AMPA del cole para meter a los niños en el mar. Y empieza la fiesta: tiran de la tabla, se agarran con fuerza impulsados por la ola, alguno intenta ponerse en pie, alguna lo consigue, rematan en la arena y vuelta a empezar. La sonrisa de oreja a oreja del retaco cada vez que llega a la orilla no tiene precio, y vale cada golpe de viento frío.

Lástima que no hubiéramos llevado bañador los mayores: la playa nos sana, siempre, pero no hay nada más terapéutico que el primer chapuzón del año, aunque fuera el aire esté helado y amenace lluvia. Bendito Atlántico, qué suerte la nuestra.