El secreto mejor guardado del churrasco

A. G. CH. SADA

A CORUÑA

Proceso para embotellar las salsas chimichurri, todo un éxito en ventas para los amantes de la carne
Proceso para embotellar las salsas chimichurri, todo un éxito en ventas para los amantes de la carne Cedidas

Estas salsas nacidas en Sada llevan décadas marcando el sabor del verano y del San Xoán

20 jun 2025 . Actualizado a las 13:31 h.

La noche del 23 de junio se vive en la comarca coruñesa entre brasas, sal, amigos y tradición. Sobre el crepitar de las llamas se asan sardinas y churrasco… y, como un invitado que nunca falla, se suman las salsas. En este campo, O'Preve tiene bastante que decir. Para muchos, ese aderezo que da vida y personalidad a los asados pasa desapercibido, pero su icónico bote verde [que usan para la variedad churrasco] forma ya parte del verano como los pimientos de Padrón o la tortilla de Betanzos.

Los orígenes de O'Preve se remontan a mediados de los años ochenta, cuando los padres de Pedro Babío, fundadores de un pequeño supermercado con carnicería en Sada, recibieron la sugerencia de un cliente: «¿Me ponéis unas especias para hacer churrasco?», recuerda Pedro. Esa frase fue el germen. «Mi padre pensó que sería buena idea tener una salsa siempre preparada, que pudiésemos usar en cualquier momento, y no varios botes de especias que al final nunca se consumen». Así nació Salsas O'Preve. Hoy, con base en Sada, sus cinco variedades —chimichurri, churrasco, churrasco picante, adobo y bravísima— se distribuyen por toda España, el norte de Portugal e incluso en Estados Unidos.

La marca defiende sus salsas como un producto de valores: ingredientes naturales y sabor auténtico. El chimichurri de O'Preve es «más líquido, no tan denso como otras del mercado», y va mucho más allá del churrasco: también es perfecto para hamburguesas, ensaladas o marinar diferentes carnes. Tanto las versiones clásica como picante de la salsa churrasco comparten una base de vino, aceite de oliva, vinagre de vino, ajo, sal y perejil. La salsa adobo ofrece un matiz ahumado gracias al ajo y el perejil, mientras que la bravísima, ideal para acompañar patatas, pasta o arroces, aporta un «punch» extra con tomate en polvo, especias y pimentón picante. Pese al fuerte sabor, las salsas se conservan en botes sin necesidad de refrigeración y alcanzan una caducidad de año y medio, lo que las convierte en un básico de despensa.

Aunque sus ventas son constantes durante todo el año, llega el verano y, especialmente, San Xoán, cuando alcanzan su máxima popularidad. «La noche del 23 de junio cada vez son más los que optan por el churrasco… restaurantes que ofrecen ambas alternativas en sus menús», explican desde la empresa. En muchas mesas gallegas, las salsas —orgánicas, sin gluten y con conservantes naturales como el vinagre de vino— son ya casi un ritual obligatorio para mantener una dieta equilibrada incluso en las celebraciones más carnales.

Aquellos que no se percatan de qué marca da vida al aderezo que baña el churrasco, al levantar la mirada se encuentran con el característico bote verde. Como dice una guía gastronómica: «El churrasco es imposible de concebir en esta comunidad sin las salsas O'Preve».

Transportar esa experiencia a cualquier temporada es fácil: sus salsas no entienden de calendario, sirven para transformar una simple carne en una experiencia completa, pero también para realzar arroz, patatas, ensaladas o tapas. Y si se busca sabor, es prácticamente imposible resistirse a la bravísima si lo que se pretende es darlo todo.