Morricone toma las calles de A Coruña de la mano de un cuarteto salido del Conservatorio

A CORUÑA
Entre su repertorio están hitos de las composiciones cinematográficas, temas de pop-rock y música clásica
09 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Y estalló el aplauso en los soportales del Teatro Rosalía. Una bandada nutrida de ingleses hacía corrillo exultante alrededor del grupo Fua, cuarteto de cuerda que capta atenciones de turistas y oriundos haciendo singularísimas versiones de clásicos del pop-rock y de bandas sonoras cinematográficas. Además, son de aquí. De aquí de siempre. «Más coruñeses que la torre de Hércules», bromea uno de ellos.
Quita el aliento su traducción de L'Estasi dell'Oro, supliendo con ingenio y virtuosismo el hueco que deja la ausencia del viento y la percusión. No es fácil transmutar a Morricone. Pero las actuaciones de estos jóvenes exudan camaradería y complicidad, y eso tiene su traducción melódica. Llevan varios años tocando codo con codo en los más disímiles escenarios. Desde los adoquines del centro hasta los banquetes de bodas y comuniones.
De oído
Jorge Galán y Javier Ucha, violines; Pablo Quiroga, viola y Daniel Canosa, violonchelo, se conocieron cursando sus estudios musicales en el Conservatorio. Desde entonces han caminado juntos. Mano a mano hacen los arreglos de los más que reconocibles temas con los que amenizan el deambular de los paseantes. No hay filtro ni prejuicio. Caben en su repertorio, en abrazo fraternal, el Canon en re mayor, de Pachelbel y Sweet Child O'Mine, de Guns n' Roses.

«Como teníamos muy buena sintonía entre nosotros, se nos ocurrió la idea de montar algo por nuestra cuenta. Primero en eventos, y más tarde también en la calle. Salimos todos los días que podemos, especialmente en verano y cuando llegan cruceros con turistas», explica Jorge Galán. En su proyecto hay un componente importante de ejercicio de los tímpanos. «Los arreglos de las piezas los hacemos de oídas. Nos ponemos la versión original y la vamos adaptando para tocarla a cuatro bandas», cuenta Javier Ucha.
El negocio, a juzgar por el incesante tintineo de monedas que golpea su cubo, va viento en popa. Los viandantes, dicho con perdón y en plata, flipan en colores con la propuesta. No es algo que se suela ver, y menos en una exhibición de violines, violas y violonchelos. Los instrumentos de esta familia parecen, o eso creíamos muchos hasta ahora, más aptos para el cultivo de las corrientes clásicas.
No obstante, hay que señalar que, como buenos estudiosos de la música, tienen los integrantes del Grupo Fua más que machacadas a las figuras imprescindibles e históricas. «De vez en cuando también interpretamos piezas clásicas. Vamos alternando. Pero creo que lo que más nos gusta tocar son los temas de pop», abunda Daniel Canosa.
Esta simpática agrupación, una de las perlas de la escena callejera de una ciudad vibrante y veraniega, es la síntesis refrescante de pasado y presente. Ejemplo de versatilidad artística y de capacidad de reinvención. Un compendio de virtudes no demasiado comunes. «La verdad es que, nosotros, normal, lo que se dice normal, no tocamos», admite entre risas Daniel Canosa, el único que, por la envergadura imponente de su instrumento, tiene que tocar desde un taburete. Póker de artistas.