
Los motoristas se multiplican en Galicia. A ellos les ofrece prendas Outlet Motos
22 jul 2025 . Actualizado a las 18:46 h.Hay veces que los negocios vienen, como los bebés, con ese pan debajo del brazo. Otras, sencillamente están destinados a renovarse o morir. Esto, en buena medida, es lo que le pasó a una familia peletera del noroeste peninsular. Llevaban años triunfando en su mercado, llevando la voz cantante en el mundo de la piel, hasta que «hace 10 o 15 años, este tipo de prendas dejaron de estar tan de moda, y de ser tan valiosas, como tiempo atrás». Fue entonces cuando Alfonso Hernández decidió darle una vuelta de tuerca al negocio. Y salió airoso gracias a Outlet Moto.
Es el dueño de «si no la tienda de ropa más grande de Galicia, al menos de la provincia de A Coruña». Como explica, su empresa lleva más de 35 años vinculada al mundo de la piel, aunque no siempre se han dedicado al mismo tipo de público. «Al principio operábamos como NorPiel; y de hecho, somos la última fábrica de piel que queda en esta comunidad, pero para garantizarnos un futuro empezamos a trabajar como outlets en toda España enfocándonos, sobre todo, en el mundo de las motos», señala Hernández.
«Cuando nos pasamos a este sector empezamos a crecer. La gente ahora está a tope con el mundo de las motos y cada vez más gente se saca el carné de conducir este vehículo, hay hasta listas de espera; así que en el fondo nos hemos vuelto un poco indispensables», explica.
En su tienda hay todo tipo de accesorios para la moto y prendas de vestir para cuando uno se monta sobre dos ruedas.
Cuenta este experto que en España solo es obligatorio circular con casco (en Francia, por ejemplo, la legislación exige el uso de guantes), pero que aún así, los futuros moteros deben hacerse con un kit mínimo porque «para realizar el examen, es necesario llevar una chaqueta y un pantalón con protección, y unos guantes homologados».
Pese a lo que puedan pensar los profanos, esto no es una cuestión de estética. «Mucha gente piensa que hay ciertas prendas que solo deben usarse en invierno, y no tiene nada que ver. En verano son igual de necesarias porque es lo único que nos protege y cuando caemos. Es sencillo de entender: echar las manos al suelo es innato, y nos ahorramos muchos disgustos».