Riazor le rinde culto a la música gallega

Miguel cebrián / r. d A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Los artistas Carlos Ares, Luar na Lubre y Grande Amore recordaron que lo bueno también es de aquí

09 ago 2025 . Actualizado a las 00:04 h.

Siempre sabe mejor lo de casa y los que fueron a Riazor para ver los conciertos de los gallegos Carlos Ares, Luar Na Lubre y Grande Amore lo sabían. Mucho soul americano, mucho rock galés y mucha corriente nueva, pero ayer era el turno de la música gallega.

Encima, a las 21.00 horas, arrancó el evento uno más de la casa imposible. Fue Carlos Ares (A Coruña, 1996) el que emanó las primeras notas. «Este festival es muy bonito para mí. Me encantaría dedicarle este concierto a su fundador, que ya no está aquí», mencionó en un guiño a Nonito Pereira tras acabar su canción La Boca del Lobo. El cantante, que arrancó su carrera en la adolescencia y fue derivando su estilo hacia un pop más alternativo y más electrónico hasta lo que es ahora, se ha convertido en una promesa emergente más allá de las fronteras de la comunidad gallega. Mientras el sol se ponía tras su espalda, opacado por el monte de San Pedro, el coruñés enseñó a todos los que fueron por qué era una buena idea haberle ido a ver. «Me encanta como suena. Descubrí que era de aquí y me llamó mucho la atención. Tiene muy buen directo», reconoció Flor Vieites mientras Ares adaptaba el himno de Pájaros de Barro, de Manolo García. «Me lo notan en el tono, sangre celta», cantó, al poco después, Ares, como para enfatizar las declaraciones de su paisana.

Casi cuatro decenios

Después de Ares fue el turno del grupo Luar na Lubre que, para el que no lo sepa, es uno de los grupos más importantes de música folk de todo Galicia. También de A Coruña, se fundó en el año 1986 (10 años antes de que Ares siquiera naciera) y, desde ese momento, se encargó de representar el alma céltica con un característico toque poético. Ingrediente palpable ya que, en honor a su nombre, la luna también salió para escucharles cuando arrancaron su recital a las 22.30 horas. Para Mónica, cuyo grupo favorito resultó ser Camela, el grupo le impresionó cuando comenzó a cantar. «Me gustan. No los había escuchado antes, pero sí, me gustan», admitió. El caso contrario fue el de Patricia, que conocía al grupo de mucho, mucho antes. «Puff, estos son muy conocidos. ¿Del 86, no? No es la primera vez que los escucho en directo. Me gustan mucho», admitió.

El grupo hizo un repaso por sus mayores éxitos hasta retroceder en el tiempo la playa de Riazor. En un momento dado, los instrumentos y las voces de sus integrantes, Bieito Romero (gaitas, acordeón diatónico y zanfoña), Cristina López (voz), Nuria Naya (violín), Patxi Bermúdez (bodhrán y tambor), Pedro Valero (guitarra), Xavier Ferreiro (percusiones), Xan Cerqueiro (flautas), y Brais Maceiras (acordeón), parecieron traer de vuelta otros tiempos a la playa. Como si las tropas de Breogán fueran, en un momento a otro, a atracar en la orilla y a unirse al concierto.

Por último y al cierre de esta edición, fue el turno del grupo punk Grande Amore. Un proyecto iniciado por el también gallego Nuno Pico que, tras su irrupción en el 2020, se convirtió en una de las propuestas más rompedoras del panorama autóctono. Aunque se hiciera tarde (avisaron con antelación de que atrasaban su concierto 45 minutos), también pusieron, con su estilo, a Galicia en el mapa.