
Abrió sus puertas este jueves y estará en Méndez Núñez hasta el 31 de agosto
14 ago 2025 . Actualizado a las 17:22 h.Es este el primer año en el que las casetas de la Feira do Libro Antigo e de Ocasión —inaugurada ayer y abierta hasta el próximo 31 de agosto— no ocupan el paseo de los jardines de Méndez Núñez. En su lugar, y cediendo su enclave tradicional a Mostrart, se montaron los puestos bibliófilos en el interior del corredor, frente al Casino y bajo la atenta mirada de Curros Enríquez, pero más escondidos de los paseantes y potenciales compradores.
La decisión tomada por el Ayuntamiento arrastró cierta polémica. La queja del sector librero fue casi unánime. No obstante, la primera feria del libro, que acaba de cerrar persiana en la misma ubicación, ha ido mejor de lo que se esperaba. «Segundo contáronnos, fóronse máis ou menos contentos, así que haberá que esperar para ver se este recuncho é mellor ou peor que o de sempre. Nunha semana saberémolo. En principio todos estabamos convencidos de que non ía ser un cambio a mellor», apunta Fran Barcia, de la Fiandón, una de las grandes constantes del evento —lleva ya «sete ou oito anos vindo»—. Expone volúmenes de toda catadura. Incluso algunos que se remontan muy atrás —varios siglos— en el tiempo.
La convivencia de opuestos es, precisamente, el gran atractivo de este oasis literario en pleno pulmón urbano. Un paréntesis bajo las palmeras en el que los delgados folletines vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía viven en abrazo con antiquísimos incunables que deshacen en chispas los ojos del coleccionista o con ajadas curiosidades descatalogadísimas al cuadrado y al cubo.
«Tenemos muchas cosas interesantes. Como este ejemplar original, editado en 1696, del tratado Arte de cartas misivas, del conde Manuel Thesauro», cuenta Quique Chiribella, de Libros Quique —otra parada obligada—. Saca el tomo de su estante de reposo con el mimo del ducho en materia. Alrededor, la gente pulula sin asomo de prisa, ojeando y hojeando. A pesar de la relocalización, cabalga la feria.