Bum poblacional en A Coruña, cuando los municipios pequeños superan a la ciudad: «El gran hándicap del área es el precio de la vivienda»
A CORUÑA
Los concellos del cinturón metropolitano crecieron quince veces más que A Coruña en los últimos cuarenta años
14 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando nacieron los primeros millennial, Oleiros, hoy el segundo municipio en número de vecinos del área metropolitana, apenas contaba con 15.000 habitantes, menos de los que tiene en la actualidad Sada. Su padrón, 40 años más tarde, está más cerca de triplicar que de duplicar aquella cifra, acercándose a los 40.000 residentes. El crecimiento en números absolutos de su censo es el más importante del cinturón metropolitano de A Coruña en los últimos cuatro decenios, del 23, 5 %.
Una situación muy parecida es la que ha experimentado Arteixo, que ha pasado de los 15.448 vecinos en 1981, según los datos que recoge el Instituto Galego de Estatística (IGE), a los 33.858 actuales. O Culleredo, donde a comienzos de los 80 vivían 12.614 personas. Hoy son más de 31.000.
En conjunto, toda el área de influencia de la ciudad, que abarca 21 municipios, ha pasado de 361.281 vecinos a 460.139. Sin embargo, el bum demográfico no se entiende sin la transformación de su estricto entorno periurbano.
Todos menos uno
Si nos centramos en los nueve municipios de la comarca, el salto es de 309.363 residentes en 1981 a 416.267 ahora, un 34 % más. Es la suma de los censos de A Coruña, Oleiros, Culleredo, Arteixo, Cambre, Bergondo, Carral, Sada y Abegondo, el único que vio decrecer su padrón.
Sada, por la contra, ha pasado de los 7.792 habitantes a los 17.410; y Cambre, donde en 1981 no llegaban al umbral de los diez mil vecinos, hoy rozan los 25.000. Un crecimiento relativo del 169?%, el más importante de los nueve. También en valores relativos, la de Sada supone una expansión 20 veces mayor que la de A Coruña. En conjunto, la zona periurbana, con 155.786 personas en el 2024 y 67.548 en 1981, aumentó 15 veces más que la ciudad, que creció en 19.760 censados.
Lo cierto es que la dinámica de los municipios colindantes dista mucho de la registrada por la urbe, que se estanca. Constreñida en una península de superficie limitada y con unos alquileres que se disparan sin freno, por encima de los 11 euros el metro cuadrado, en 40 años el crecimiento en habitantes de A Coruña es de apenas un 8 %.
Aunque en 1981 estaba por debajo de la simbólica cifra de los 250.000 vecinos, con 231.721 censados, y ahora, según ha avanzado el Instituto Nacional de Estadística, se sitúa en 251.481, la progresión dista mucho de la experimentada en su entorno.
«Creo que el crecimiento de Arteixo está basado en varios factores, como son el precio contenido de la vivienda respecto a la ciudad de A Coruña y en la calidad de nuestros servicios públicos», razona el popular Carlos Calvelo, regidor desde el 2011 del municipio en el que tiene su domicilio social Inditex, Arteixo.
Junto a Oleiros y Culleredo conforma el tridente protagonista del desarrollo poblacional del área en cifras absolutas. Calvelo se detiene en un ejemplo: «Somos el concello de la comarca con más metros cuadrados de piscinas públicas por habitante».
No es el único logro del que presume. «La red de centros sociales y las apuestas en movilidad, como el servicio de bicicletas o las líneas de autobuses municipales son razones que también atraen a más gente a Arteixo», asegura el político.
Doblan la población
«A evolución é moi positiva, dende os anos 80 dobramos a poboación e o crecemento neste último decenio é espectacular, con dous mil habitantes máis», subraya Benito Portela, del partido independiente Sadamaioría. El municipio que dirige es uno de los que ejemplifica esta expansión.
Un crecimiento que se produce aun cuando cae a mínimos históricos la tasa de natalidad, lo que refuerza la tesis de la movilidad laboral y residencial.
«Penso que se debe a dúas cuestións fundamentais: por unha banda, á propia situación de Sada, preto da Coruña pero capaz de xerar as súas propias dinámicas comerciais e económicas. Unha vila de tamaño medio, moi agradable para vivir grazas a que todos os servizos son facilmente accesibles. Ata o de agora, ademais, existía unha bolsa de vivenda baleira que foi a menos debido a ese crecemento demográfico», añade Benito Portela.
Su gobierno local es de los que más insisten a la hora de exigir mejoras en servicios como el transporte urbano, con las que cubrir las necesidades que implica un padrón en crecimiento. «Este crecemento tamén supón retos para nós como Administración, como dimensionar eses servizos para unha poboación que seguirá crecendo. A depuradora é un exemplo, pero penso tamén no centro de saúde, infraestruturas viarias, servizos sociais, equipamentos culturais e públicos... Niso levamos traballando estes dez anos, pero queda moito por facer», avanza el regidor sadense.
El reto de los servicios
Estar a la altura es la preocupación de más alcaldes. Desde Oleiros, el municipio con más habitantes del área, el alcalde Ángel García Seoane, del partido independiente Alternativa dos Veciños, antepone la calidad a la cantidad: «O plan xeral ordena o territorio e limita o crecemento cun modelo de baixa densidade, non abrupto. Só nunha desas grandes torres que se van edificar na Coruña haberá máis veciños que en núcleos enteiros de Oleiros. As persoas que queiran vivir aquí, benvidos son. Pero mesmo nun horizonte de 20 anos, desenvolvendo o plan xeral ao máximo, en ningún caso estaremos por encima dos 50.000 habitantes».
En Culleredo priorizan las oportunidades. «Coas vivendas de iniciativa privada de protección oficial e as perspectivas do actual e o do novo plan xeral, podémonos situar no 2030 en 42.000 habitantes e, no horizonte de dez anos, rozaremos os 50.000. Ese ano, sen dúbida, Culleredo será o principal referente comarcal tras a cidade», defiende el regidor, el socialista José Ramón Rioboo.
La otra cara de la moneda
El bum, con todo, tiene un freno y lo determina la distancia. Cuanto más alejados de la ciudad o de la costa, los pronósticos poblacionales son más discretos e, incluso, muestran un retroceso.
Desde 1981, Paderne, Sobrado dos Monxes, Mesía, Vilasantar, Vilarmaior, Oza-Cesuras (hasta el 2013, dos municipios distintos), Irixoa, Curtis o Aranga perdieron residentes. Fuera de lo que es la propia comarca de A Coruña, es decir, sus localidades colindantes, solo Miño, Betanzos y Coirós han logrado registrar un balance positivo. «Vivir en Abegondo é estar a 20 minutos da cidade, coa posibilidade de ter unha vivenda unifamiliar co teu terreo, con todos os servizos e nun ambiente tranquilo e en contacto coa natureza», sostiene el alcalde José Antonio Santiso. Ante esta circunstancia, los municipios pequeños se reivindican como polo de atracción de los futuros residentes.
Manuel Álvarez Senra, vecino de Santa Cristina (Oleiros): «El gran hándicap del área es el precio de la vivienda»
El encarecimiento del suelo y las deficiencias del transporte público son los retos que anteponen los que se mudaron al área
Trabaja en el huerto ecológico Os Biosbardos, en As Leiras (Cambre), y aunque nació en A Coruña, Manuel Álvarez Senra, de 47 años, vive desde hace tiempo en Santa Cristina.
—¿Volvería a vivir en A Coruña?
—Lo más probable es que nos mudemos, pero a A Laracha. Ahora, con la tercera ronda, te plantas en Riazor en nada. En Santa Cristina vivimos en un piso, y comprar aquí un terreno, para una casa, es imposible. Si en Cambre, donde trabajo, los mil metros están en los 100.000 euros, en Oleiros, ya ni te cuento.
—Y ya no hablemos de los precios de la ciudad.
—Los precios están desorbitados en todos los alrededores de A Coruña. Para mí, el hándicap más grande es el precio de la vivienda. Por lo demás, trabajo, servicios, educativos y de salud, espacios verdes, playa... los tenemos en todos los ayuntamientos. En este sentido, cada vez noto menos diferencias entre A Coruña y los concellos limítrofes.
—¿No se limita a ser una «ciudad dormitorio» la comarca?
—En cualquier de estos ayuntamientos tenemos polígonos industriales y muchas oportunidades de trabajo y vivienda. Más que en A Coruña. La verdad es que la ciudad para vivir no me gusta mucho, pero sí me gusta estar cerca. Viviendo en Oleiros, Cambre, Carral... es que en 15 o 20 minutos estás en el centro de A Coruña. Al final, disfrutas cuando quieres de la ciudad, pero tienes la paz y la tranquilidad de estar un poco fuera. Hay que mejorar el transporte público para no depender del coche. El huerto está en As Leiras, hay una caminata de 40 minutos hasta la parada del autobús.
El dinamismo que impulsa la renta de Galicia
En pocas décadas, Galicia ha pasado de ser una de las regiones más pobres de España a alcanzar la renta media nacional. Un cambio económico único e importante, al que no se le ha dado la relevancia que tiene. Pues bien, gran parte de ese avance del PIB de Galicia, que ha permitido esa convergencia con España, tiene su origen en el enorme crecimiento económico de la comarca de A Coruña. Un hecho económico singular en la economía española.
En los últimos tiempos A Coruña ha consolidado un importantísimo tejido empresarial, con la multinacional más importante de España y otras empresas potentísimas. Aquí está la quinta industria digital del Estado después de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga, con la sede de la Aesia, y está ubicada una de las pocas entidades financieras de España. El puerto exterior impulsará el sector logístico. A Coruña disfruta de pleno empleo desde hace dos años.
Y esa prosperidad económica coruñesa se ha traducido en un enorme avance poblacional. Si al inicio de la década de los ochenta del pasado siglo la comarca, constituida por la ciudad y los ocho municipios pegados (Oleiros, Arteixo, Cambre, Culleredo, Sada, Abegondo, Bergondo y Carral) apenas contaba con 309.000 mil habitantes, al cierre del año 2024 alcanzan los 415.000, un avance de 105.000 personas, el 34 %.
Es un crecimiento en progresión geométrica: si la media son 2.500 nuevos vecinos al año, en los últimos años la comarca crece con casi 5.000 personas al año. Todo el avance poblacional ha venido de la mano de los ocho municipios del extrarradio de la ciudad, ya que la cabecera de comarca, por la limitada dimensión municipal, apenas ha crecido 17.000 habitantes en ese período.
Pero A Coruña es un gigante económico con pies de barro político: ni el Estado, la Xunta, la Diputación ni muchos alcaldes están ni de lejos a la altura que exige este progreso socioeconómico, inédito en Galicia y España. No hay infraestructuras viarias ni transporte público adecuado. El suelo empresarial está agotado, no existe una planificación de este entramado urbano, ni una coordinación de los planes generales de urbanismo (algunos municipios ni lo tienen). No se está trabajando en el diseño de los viales del futuro, que tienen que ser de todo el golfo Ártabro, la comarca queda corta. Nada de nada. Más autoestima para los ciudadanos de A Coruña, que exijan a esos políticos que se pongan las pilas.
Por Carlos Sánchez-Tembleque Ponte, profesor de la Escola Universitaria de Relacións Laborais de la Universidade da Coruña (UDC)