Esas multas improbables

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Imagen de archivo de la Policía Local de A Coruña multando en el entorno de la plaza de Lugo
Imagen de archivo de la Policía Local de A Coruña multando en el entorno de la plaza de Lugo MARCOS MÍGUEZ

Nuestra ciudad se prepara para una vuelta de tuerca al siempre proceloso asunto de las sanciones, de la mano de las nuevas ordenanzas municipales

04 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuestra ciudad se prepara para una vuelta de tuerca al siempre proceloso asunto de las multas, de la mano de las nuevas ordenanzas municipales; en realidad se adentra en un nuevo orden sancionador. Que vayan aflojando el bolsillo los ciclistas que pedalean con los auriculares puestos o que no respetan los semáforos, y los conductores de patinetes que circulan por la acera. Sumen a esto nuestros clásicos: ciudadanos que no recogen las cacas de sus perros, conductores que superan con sus coches el límite de 30 por hora, la histórica doble fila...

Los agentes van a tener quehacer, la verdad. Es más, creo que no hay suficientes policías locales en España para abordar este auténtico sindiós. Ni siquiera darían para sancionar solo a los ciclistas y conductores de patinetes que incumplen la norma cada día y a los que es habitual verlos sortear peatones en la acera, saltarse semáforos en rojo, cruzar por los pasos de cebra o llevar pasajeros que a veces son niños. ¿Y el casco en menores de 16?. Uf.

El control, tal y como está la situación, parece difícil de encauzar porque son legión quienes se saltan las normas a la torera. Y respecto al carril 30 para los coches, presumo que solo los vehículos de autoescuela avanzan correctamente por estos viales. El de la ronda de Outeiro, por ejemplo, promete como autopista.

Pero precisamente por toda esta anarquía circulatoria creo que es imprescindible acometer esta tarea de las sanciones. Desconozco cómo se va a abordar tan ingente labor, pero parece claro que algo hay que plantear, confiando quizá en que el riesgo de sanción vaya permeando en la conciencia colectiva y que el boca a boca haga también su parte. Pero no va a ser fácil.