El músico, que estuvo años preparando el salto en solitario mientras componía para otros, nos dejó temblando de gozo con «Peregrino»
14 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Lo dicen los Premios da Industria Musical de Galicia, que este jueves hicieron público el reconocimiento, pero puede constatarlo cualquiera que siga la actualidad musical, haya escuchado sus discos y, sobre todo, haya disfrutado de su directo. El coruñés Carlos Ares es el artista del año en Galicia. Y fuera de ella, pienso que pocos, quizá solo Guitarricadelafuente, pueden defender un presente a su altura. El músico, que estuvo años preparando el salto en solitario mientras componía para otros, nos dejó temblando de gozo con Peregrino (2024), un disco que lo mostraba como hábil compositor capaz de tender un puente entre el folk y el rap, con su aguda voz como hilo conductor. Hablaba de ansiedad, de conflictos personales y de ajustes de cuentas con versos demoledores («Nunca fui el amigo de mi mejor amigo»). Imposible resistirse ante tal despliegue de talento. E imposible también no entrar en un estado de euforia total al verlo en directo. Mi primera vez con él fue en la sala Pantalán, en el 2024. Alucinar es un verbo que no describe con suficiente intensidad lo que vivimos esa noche las 200 personas que habría allí, contagiadas por la emoción de Ares y su excepcional banda.
Este año llegó el segundo capítulo con La boca del lobo (2025), donde amplió el discurso del debut y lo llevó a terrenos tan apasionantes como Un beso al sol. Si no es el momentazo musical del año, no debe andar lejos. Lo está defendiendo en los escenarios con brillantez, tal y como vimos en el festival Noroeste en agosto con el corazón palpitante y el orgullo de saber que uno de aquí, de nuestra ciudad, está entre los más grandes. Es la misma sensación que tuvimos en su día con Xoel López. La que se repite ahora con un artista mayúsculo que nos ha conquistado por completo.