En su mercería creativa de A Coruña los niños aprenden a hacerse sus propias prendas de ropa
10 dic 2019 . Actualizado a las 13:53 h.
No está Lorenzo Caprille de juez, pero en este taller de costura hay mucha tela que cortar. Al lado del estante de los hilos, y sobre una gran mesa y con tijeras en la mano, unos pequeños aprendices. De profesora, Carla Pimenta, natural de Oporto y vecina de A Coruña desde hace cinco años, donde acaba de estrenar su mercería creativa en el barrio de Elviña. En el número 43 de la avenida de Salvador Madariaga, esta costurera fan de las cosas hechas a mano y con mucho mimo, enseña a niños y a adultos a perderle el miedo a la aguja y el dedal. «Empecé a coser como un escape emocional. En vez de apuntarme al gimnasio decidí anotarme a clases de costura», recuerda la propietaria de Carlota Pimenta, el nombre de la mercería creativa donde imparte los cursos de costura, y que lleva el nombre que cariñosamente le puso su padrino: «Soy Carla, pero en mi familia me llaman Carlota».
Esta maestra recuerda el momento en el que se enganchó a hacer sus propias prendas: «Cuando empecé a coser me entró el gusanillo y empecé a comprar telas como loca. Me gustaba tanto que decidí seguir profesionalizándome con más cursos», recuerda. En ese momento todavía vivía en Oporto, pero hace cinco que se mudó a A Coruña por amor. «Aquí seguí cosiendo. Hasta que me quedé embarazada de Guillerme, que nació hace un año. En ese momento vi la oportunidad de hacer lo que siempre había querido». Así fue como creo esta mercería con taller donde, además de las clases, Carla también confecciona cestas de nacimientos para peques, baberos, muselinas… «Ahora también estamos preparando detalles de Navidad». Entre sus últimos trabajos: un calcetín para esperar a Papá Noel y dedicado a la «profe más cañera de pilates», o una guirnalda hecha con corazones y lazos de tela.
Cuenta que a los más pequeños les encanta hacer sus propios complementos, como diademas, o sus estuches para el cole. «Les enseño a hacer mochilas, fundas para libretas, coleteros…». Los niños se lo pasan en grande. Y Carla más, combinando telas, enseñándoles a construir, desde cero, sus propias prendas.
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