




Oana Nicolaita es la creadora de este precioso espacio en el número 101 de la avenida de Arteixo en el que el juego es la base de todo
17 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Oana Nicolaita aterrizó en A Coruña hace veinte años. «Llegué de Erasmus y me quedé». Venía de Rumanía donde, cuenta, «los idiomas se nos dan bien». El inglés formaba parte de sus estudios y poco a poco empezó a dar clases en casa para niños. Hasta que se atrevió a abrir su propia escuela de inglés, Play2learn, en el número 101 de la avenida de Arteixo con un método muy particular: en su escuela no hay pupitres, sino una estantería de pared a pared llena de juegos de mesa. El juego es la base de sus clases de inglés y una forma de divertirse y de aprender: «Aquí vienen a jugar en inglés».
Oana explica que las clases duran 45 minutos y hay un máximo de 4 niños por grupo «para que le dé tiempo a todos a tener el turno de palabra». La primera media hora Oana elige los juegos según el vocabulario o las estructuras de frase que quieren trabajar ese día. «Jugamos a juegos de mesa o las cartas y después tenemos una zona más práctica donde juegan a hacer la compra o jugamos a restaurantes, donde unos hacen de camareros, de chefs, de clientes», cuenta Oana. Para ella, lo más importante del juego no es solo el aprendizaje de un nuevo idioma: «Los niños aprenden a colaborar en los juegos, a seguir las normas, a respetar los turnos, a cuidar el material y recogerlo, y también aprenden a perder o a ganar. Es un aprendizaje muy completo».
Para disfrutar de una tarde de juegos en inglés en su escuela Oana tiene de todo, y muchos son juguetes y piezas en miniatura de tiendas locales. Los niños son su público principal, pero ahora también tiene actividades para adultos, en las que se aprende inglés de la misma forma: jugando. «Como los niños lo pasan tan bien con el juego pensé que me gustaría que hubiese también un plan que tú harías con tus amigos en casa: quedar con ellos y jugar a unos juegos de mesa, con una copa de vino y un picoteo. Y eso fue lo que hicimos», apunta Oana, que acaba de estrenar las sesiones para adultos. Y la cosa empieza bien: «Las primeras actividades salieron genial».