Suscriptores de La Voz conocen por dentro las entrañas del periódico

Antón S. Rodríguez A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

GONZALO BARRAL

El diario compartió con los lectores una jornada para celebrar los 135 años de historia

30 nov 2017 . Actualizado a las 21:19 h.

Un grupo de cincuenta suscriptores de La Voz de Galicia conoció ayer las entrañas de este periódico centenario que este año celebra su 135.º aniversario. Residentes en A Coruña y el área metropolitana, recorrieron la redacción, la planta de impresión y el museo de La Voz, instalaciones ubicadas en el polígono de Sabón (Arteixo) donde se les explicó el proceso productivo del periódico y se les relató un sinfín de curiosidades. «Estamos aquí porque al otro lado están ustedes», les explicó el director general de La Voz, Lois Blanco, quien calificó la jornada con los suscriptores como «el acto más importante que tenemos» para celebrar los 135 años de vida. Y como recuerdo de este significativo día, cada uno de los invitados -que pretende representar a la cada vez más amplia familia de suscriptores de La Voz de Galicia- se llevaron un ejemplar recién impreso del especial 135 años de La Voz de A Coruña, un recorrido por la evolución de la ciudad y la comarca a través de las primeras páginas del periódico fundado por Juan Fernández Latorre en 1882.

El director, Xosé Luis Vilela, explicó de forma pormenorizada la interacción entre A Coruña y el periódico de todos los gallegos, que se ha convertido en el tercero más grande en España, gracias a la confianza de los lectores a los que a diario se les ofrece información basada en tres pilares fundamentales: «La proximidad, contar lo que ocurre al lado de casa; la concepción de lo que le está pasando a Galicia: sus problemas y objetivos; y dar lo que ocurre en el resto del mundo para que el lector tenga una visión global sin necesidad de acudir a otros periódicos».

Los visitantes, que gozan de suculentas ventajas por su condición de suscriptores (como el acceso gratuito a la amplia hemeroteca de La Voz), conocieron un rápido recorrido de la evolución de A Coruña de mano del director, quien se paró en una crítica de arte de 1985: «El periodista escribió: ‘‘continúe de esa manera y no dude que alcanzará días de gloria y un porvenir brillante’’. No se podía tener mejor olfato, era la primera exposición de Picasso en A Coruña».

Tras recorre la redacción, la visita continúa por la planta de impresión, a la hora en la que las máquinas imprimían el suplemento Yes del próximo sábado. El jefe de impresión, Antonio Vidal, les resolvió todas las dudas, entre ellas, qué ocurre cuando algo se estropea en plena faena: «Tenemos muchas piezas de repuesto porque de madrugada no tenemos quien nos atienda». Y el periódico tiene que llegar sin falta a sus casas al día siguiente. Ellos lo saben de sobra.

«Me encanta estar donde se celebran los Fernández Latorre»

Eran solo cincuenta pero, de alguna manera, representaban a todos los suscriptores de La Voz de Galicia. A Antonio Méndez, vecino de Os Mallos y funcionario jubilado, le gustó acudir al periódico «para poner cara a algunas firmas». Ahora que dispone de tiempo libre dedica una lectura pausada a cada ejemplar, «como mínimo hora y media». «No me gusta quedarme solo con el titular, el periódico es para conocer las noticias en profundidad», indicaba camino de la rotativa.

Luis Alonso ha comprado siempre La Voz de Galicia, «siempre» es desde hace cuatro décadas, cuando se trasladó a Fene y posteriormente a Cambre, donde vive actualmente. Y desde hace cinco años dio el paso a la suscripción. «La redacción me la imaginaba de verla en la televisión, pero me ha impresionado la altura de la rotativa y el tamaño del almacén de papel», dijo mientras señalaba los rollos gigantes que pesan entre 600 y 1.400 kilos.

María Barbeito acompañó en la visita a su hermana, suscriptora «desde hace más de 20 años». Charlamos con ella en el museo de La Voz. «Me encanta estar donde se celebran los Fernández Latorre», dice. Por poco no coincide. «Empecé a leer La Voz desde niña, mi madre me pedía que le buscase en las esquelas si había alguien de la aldea», relata.

Manuel Veiras y Teresa Prado son un matrimonio de la ronda de Nelle muy vinculado a La Voz por tres razones: 1) llevan 42 años de suscriptores [«no nos despertamos bien si no cogemos el periódico en la puerta»]; 2) él trabajó en la fábrica de Suiza que fabricó imprentas de La Voz; y 3) la madre de Teresa es de las vendedoras más longevas del diario.