
Oleiros, Arteixo, Culleredo y Cambre reivindican más inversiones y un papel activo
24 ene 2022 . Actualizado a las 12:47 h.Los ayuntamientos que conforman el primer cinturón metropolitano de la ciudad de A Coruña acogen una población de más de 125.000 habitantes. Eso posiciona a Oleiros, Cambre, Culleredo y Arteixo como la tercera ciudad de Galicia, tan solo por debajo de Vigo y de la propia A Coruña. Además, la pujanza de este anillo urbano no solo está marcada por su crecimiento demográfico, que supera el 43 % en los últimos dos decenios, sino también por acaparar buena parte de los servicios, empresas e infraestructuras de las que se benefician tanto la ciudad como toda el área metropolitana.
La suma de los presupuestos municipales de estos cuatro ayuntamientos también podría competir con las cuentas de cualquier gran ciudad gallega, al superar en su conjunto casi 150 millones de euros. De hecho, el de Arteixo para el 2022 alcanza los 60,3 millones; Oleiros eleva el suyo a 39,5; Cambre casi alcanza los 20 millones y Culleredo, llevará su propuesta a pleno el próximo mes para gestionar este año 27,7 millones. Los responsables de los cuatro municipios son conscientes de su potencial y por ello reivindican más inversiones, un mayor diálogo y un papel más activo a la hora de diseñar el futuro del área.
El alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo (PP), considera que cada ayuntamiento tiene que definir un modelo propio de crecimiento, pero hay cuestiones en las que los cuatro municipios se pueden coordinar y estar unidos: «Nosotros, por ejemplo, centramos nuestros esfuerzos en el desarrollo económico e industrial así como en intentar proteger y cubrir necesidades en las parroquias rurales. Pero hay cuestiones que trascienden el ámbito municipal, como las infraestructuras, en las que es positivo estar coordinados». En cuanto a la prestación de servicios, Calvelo cree que es posible una unión: «En el agua, por ejemplo. El modelo en el que yo creo es parejo al que se aplica con la EDAR de Bens, con la participación igualitaria de todos los ayuntamientos». Arteixo, que experimentó un intenso crecimiento de población en los últimos 20 años (de 22.153 a 32.894), sigue sin plan general pero, según el regidor, ello no impide que haya una previsión de suelo urbano disponible para construir más de 2.000 viviendas. «Tener un PGOM es importante para planificar el crecimiento de un municipio, pero tenemos aún mucho suelo sin agotar y, mañana mismo, podríamos otorgar las licencias». Prevé que el crecimiento de población sea «continuo y controlado».
El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane (Alternativa dos Veciños), discrepa en este punto y cree que, precisamente, haber tenido en vigor planes generales desde 1995 ha permitido el crecimiento ordenado de este municipio basado, fundamentalmente, en el desarrollo urbanístico. Asegura que buena parte de las infraestructuras ya estaban planificadas en el PGOM, como la vía Ártabra o la ampliación de la N-VI. En todo caso, reclama la importancia de planificar a largo plazo y completar las conexiones pendientes con A Coruña y el resto de ayuntamientos.
Colegios, institutos, centros de salud, conservatorio, amplia oferta cultural, comercio, buenas comunicaciones, un área rural con todos los servicios próximos y un paseo marítimo «que es la gran finca de los vecinos que viven en el área urbana»... El alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo (PSOE) cree que el municipio es casi una prolongación de la ciudad de A Coruña y que ambos territorios se complementan. Pero reconoce que es necesario hacer un esfuerzo para planificar cuestiones comunes, especialmente una red viaria que facilite la conexión con el resto de ayuntamientos sin necesidad de coger desvíos o pasar por núcleos urbanos. «La unión de fuerzas es básica, como se demostró con la regeneración de la ría. Todos los ayuntamientos estuvimos unidos en ello». Reclama, en todo caso, que se ejecute por fin el proyecto del Vial 18 «en las condiciones solicitadas por el Ayuntamiento, vertebrando las conexiones en la zona de Castro-Laxe y Monte Alfeirán».
También el alcalde de Cambre, Óscar García Patiño (UxC), ve necesario intensificar el diálogo para potenciar el área metropolitana coruñesa. «El primer paso sería hacer un consorcio de transportes en el que tengan competencias todos los ayuntamientos», dice. Y considera que, al margen de lo que planifique cada municipio por su cuenta, «es vital un plan de infraestructuras conjunto. La vía Ártabra es importantísima para la movilidad, el comercio o la industria. El eje industrial Carballo-Cerceda-Arteixo está bien comunicado, pero falta la línea transversal que llegue a Sada. Reclama el papel de Cambre como municipio afectado por servicios que benefician a toda el área (embalse, AP-9, A-6...).
Maruja Iglesias, vecina de Arteixo: «Con el polígono de Sabón, el municipio comenzó a florecer»

El Concello de Arteixo es uno de los municipios que más cambios experimentó en los últimos dos decenios. Y testigo de ello ha sido Maruja Iglesias, tesorera de la asociación de pensionistas de la localidad y empleada de Correos ya jubilada. Con 79 años, esta vecina asegura que comenzó a repartir cartas desde niña, porque su padre ya lo hacía. Recuerda que, antes, se conocían todos y se recorría núcleos con tan solo cuatro o cinco casas. «Había muy poca población en Arteixo. Era la posguerra y no se pagaban impuestos pero tampoco teníamos nada». Dice que la mayor parte de la población trabajaba el campo y tenían lo justo para comer. «Por suerte, en mi casa siempre entró un sueldo, pero vi casas con muchas carencia. Hubo gente que lo pasó muy mal. Pero, por suerte, todo fue cambiando». Recuerda que la inauguración del polígono de Sabón, a pesar de eliminar tierras de labradío, supuso un antes y un después para el municipio. «A partir de ahí, en la década de los 60, Arteixo comenzó a florecer y la gente tenía empleo». Explica que, aunque sigue habiendo pobreza, no es la miseria de antes. «Ahora hay infraestructuras, colegios, servicios sociales, polideportivos, talleres... Hay calidad de vida. Y los políticos se encargan de que los pueblos no queden abandonados, porque les va el voto en ello». Eso sí, también es todo más caro. «Poder alquilar un piso en Arteixo es ahora como tener un artículo de lujo», dice.