A través de las redes sociales y los dispositivos móviles, el pasado fin de semana se difundió el mensaje de alarma sobre la privatización de la planta octava del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, donde se encuentra el servicio de cardiología. «Es una locura, un bulo falso y malintencionado que además es anónimo y que lo único que pretende es dañar las relaciones entre los profesionales y la tranquilidad de los pacientes», recalcó Alfonso Castro Beiras, responsable del área del corazón del centro coruñés, que en la práctica ya aglutina a todos los profesionales, incluidos los cirujanos, relacionados con las dolencias cardíacas.
«Soy un defensor del sistema sanitario público y gestionado públicamente», recalcó Castro, quien asegura que se adscribirá al decreto de gestión clínica «siempre y cuando no se crucen las líneas rojas: que no tengan entidad jurídica propia ni posibilidad de tenerla en el futuro, y que nadie pueda perder su condición de estatuario».