El portavoz de EU se pone al servicio de la formación en su regreso a María Pita
03 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Esto se acaba. Quedan dos plenos para que termine el mandato y ante el inminente final los concejales se ponen místicos. En medio del debate sobre el San Juan, María Luisa Cid (PP) habló de «fuego purificador», María Xosé Bravo (BNG) prefirió «luz entre as tebras» y César Santiso habló de Xulio Ferreiro, el flamante candidato de la Marea Atlántica. El concejal de EU, que volvió a María Pita tras dos meses de baja por enfermedad, regresó para el bautismo en aguas de la Marea, a la que juró lealtad e hizo promesa de ayuda con la fe de un Pablo caído del caballo, camino de la puerta de salida de María Pita.
«Ha visto la luz», dijo un edil del gobierno entre sonrisas antes de que arrancase el pleno. Se refería a los tuits que Santiso publicó el domingo: «O medo cambia de bando en A Coruña con Xulio Ferreiro. Compañeiro poño a miña experiencia institucional ao teu servizo e ao da Marea Atlántica», «Contade co grupo municipal de EU-V para desenvolver iniciativas. Que se vexa que xa hai Marea no pleno» y otros.
Ayer, inmediatamente después de explicar que vuelve dos meses antes de su total restablecimiento por «respecto aos votantes», advirtió al alcalde que está «desexando que chegue a Marea e que o señor Xulio Ferreiro se sente onde está vostede».
No fue el único guiño del edil a la nueva formación y a Ferreiro, con el que estuvo paseando por la Marina tras el pleno. Sus elogios no recibieron respuesta del gobierno o el resto de los grupos. Solo contestó María Luisa Cid con una advertencia en plan tragedia griega: «Siga antes de que se lo lleve la marea».
La concejala de Empleo fue la que más habló del pleno. Fue especialmente dura con el BNG. Les reprochó que su política de turismo durante el bipartito «dejó un erial» y les fue «reprobada». En su turno María Xosé Bravo acusó al PP de que llamarían «fiesta del afeitado de caballos y yeguas» a la rapa das bestas.
José Nogueira sacó una batería de datos para acusar al alcalde de incumplir sus promesas en Alvedro, pero el PSOE hizo mucho de lo que lleva haciendo tiempo. No dieron ni un minuto a los ediles más jóvenes, críticos con Barcón; Fernández Moreda se fue a los 45 minutos y una pregunta mil veces repetida de Silvia Longueira propició la única intervención de un muy afilado Julio Flores (PP), que llamó a Barcón «estrella fugaz de los barrios», y le advirtió de que no «la creen ni los suyos» y lleva al PSOE a «su mayor desastre».