«Las transformaciones paisajísticas en A Coruña deben ser valientes y radicales»

Las comunicaciones permiten hoy que los ciudadanos se desplacen con facilidad por el mundo y conozcan otras realidades urbanas. El paisaje en la ingeniería, que ayer presentó el profesor de la Escola de Enxeñeiros de Camiños Carlos Nárdiz en un acto al que también asistió la conselleira de Infraestruturas Ethel Vázquez, es un tratado sobre la técnica y la pericia, pero también sobre la belleza oculta en puentes, presas, canales y puertos.

-¿Nos fijamos en las infraestructuras cuando nos horrorizan con la misma intensidad que cuando pasan desapercibidas ( y son resolutivas)?

-Cuando hay una intervención mal planteada, molesta, sobre todo cuando supone una transformación de la realidad existente. Los puentes y las carreteras transforman la vida y la salud de los ciudadanos, el espacio público, la manera de desplazarnos e interactuar y el paisaje urbano.

-¿Cabe la belleza en un viaducto?

-Este debate surge ya a finales del siglo XIX, en relación a la Torre Eiffel: la belleza de la armadura desnuda de la ingeniería. Se pensaba que estaba en contra de las normas de la belleza. La mirada paisajística implica una mirada cultural. No solo es el paisaje exterior, también el interior. Cómo percibimos depende de cómo se nos muestra el territorio. Como en la pintura, necesitamos educarnos en ingeniería.

Las intervenciones de los 70 y 90 de los accesos a la ciudad habría que reconvertirlas

-¿Qué imagen transmite el paisaje urbano de A Coruña?

-Es muy dependiente de las intervenciones de los 60, 70 y 90.

-¿Qué cambiaría primero?

-Uno de los elementos más condicionantes del paisaje urbano es la forma en la que ordenamos el tráfico y el espacio público que ocupan los vehículos privados. Otro, el puerto. La reconversión de los muelles es una oportunidad histórica. Las transformaciones paisajísticas de A Coruña deben ser radicales y valientes.

-Entonces...

-Hay edificios que nunca se debieron construir, Palexco o los Cantones Village. Incluso el paseo marítimo admitiría hoy otras alternativas. Pero, sobre todo, las intervenciones de los 70 y 90 de los accesos a la ciudad a través de los puentes habría que reconvertirlas. En el viaducto de la ronda de Nelle hay consenso para demolerlo. Creo que en el futuro se planteará incluso la demolición del viaducto de Linares Rivas, que permitiría recuperar todo ese borde marítimo con una operación ligada a la transformación de los muelles de Calvo Sotelo y Batería. No solo hay que intervenir sobre las calles, sino crear transiciones con los accesos. Que el coche no sea el único que nos comunique con la periferia, también el transporte público, los buses, o las bicis.

Las decisiones políticas, si son transformadoras, suelen ser bien recibidas

-¿Por dónde empezaría?

-Tenemos modelos en otras ciudades. En los 90, Barcelona, Alicante, Gijón, Sevilla y, más reciente, Málaga, apostaron por recuperar su frente portuario. Está Oporto, tras la construcción del puerto exterior de Leixões, o Lisboa, que recuperó el borde del río Tajo. Nantes, en Francia, o el Porto Maravilha, en Brasil, son otros ejemplos. Pero, aunque nos miremos en otras experiencias, tiene que haber acuerdo social entre todas las administraciones. Las decisiones políticas, cuando son valientes y transformadoras, suelen ser bien recibidas a medio plazo, a pesar de las críticas iniciales. Pasó con las peatonalizaciones. Además, la imagen que tenemos de nuestras ciudades no es la imagen futura que demandarán los ciudadanos.

-Todo esto, con el condicionante del cambio climático.

-El aumento del nivel del mar va a afectar a la vida diaria. Los ingenieros de caminos hablamos en períodos de recurrencia. Antes eran de 500 años en temas de oleaje, hoy son mucho más recurrentes. Es algo global. Nos va a obligar a replantearnos la movilidad y muchas intervenciones van a venir obligadas de directivas internacionales.

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