En lo alto del ombú

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Ombú en los jardines de Méndez Núñez
Ombú en los jardines de Méndez Núñez MARCOS MÍGUEZ

Hay todo un género literario que podría resumirse así: personajes indignados que trepan a un árbol como forma de protesta

02 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay todo un género literario que podría resumirse así: personajes indignados que trepan a un árbol como forma de protesta. El género tiene dos cimas absolutas: El barón rampante, de Italo Calvino, y El arpa de hierba, de Truman Capote. Calvino relata cómo Cosimo Piovasco di Rondò, a los 12 años, se niega a comer un plato de caracoles y, ante la ira de su padre, se sube a una encina del jardín familiar para ya no bajar nunca más de las copas de los árboles. Capote nos lleva al sur de Estados Unidos, donde Dolly, Catherine y Collin se refugian en su árbol favorito cuando la hermana de Dolly y cacique del pueblo, Verena, trata de apropiarse de su negocio de venta por correo de un brebaje para curar la hidropesía. Encaramarse a un árbol empieza como una forma de protesta y se convierte luego en una forma de vida.

Si yo tuviese que subir a un personaje cabreado a un árbol de A Coruña, creo que lo posaría en las ramas del metrosidero del cuartel de la Policía Local en la calle Tui. Inventar una vida nueva detrás de las barbas rojizas del metrosidero daría mucho juego, lo que pasa es que igual no estaba muy bien visto montar una rebelión justo en las narices de la ley y el orden. Si fuese por darle prestigio a la protesta, lo suyo sería encaramarse a los olmos del jardín de San Carlos o a los plátanos de Azcárraga. Pero si la cosa fuese en serio y, como el barón rampante de Calvino, tuviese que quedarme a vivir en un árbol para siempre, yo escalaría sin dudarlo al ombú de los jardines de Méndez Núñez, con ese tronco que imita a las patas de los dinosaurios —o igual eran las patas de los dinosaurios las que imitaban al ombú—. Estoy seguro de que a Cosimo, Dolly, Catherine y Collin también les encantaría ver pasar la vida desde lo alto de nuestro ombú.