La ABAU en A Coruña arranca con un examen de Historia de España «más fácil de lo esperado» y sin Almudena Grandes en Lengua Castellana

A CORUÑA CIUDAD

En la primera prueba, los temas a desarrollar fueron la Revolución Gloriosa y la Constitución del 69 en el siglo XIX y, en el XX, la Segunda República y la Transición. Los chavales estudiaron a conciencia a la autora de «El lector de Julio Verne», que al final no entró

09 jun 2023 . Actualizado a las 13:10 h.

El futuro de alrededor de 3.600 estudiantes (2.800 en el campus de A Coruña y otros 800 en el de Ferrol) que este curso han terminado Bachillerato se decide entre hoy, mañana y pasado en los diferentes centros de la Universidade da Coruña en los que tienen lugar los exámenes de la ABAU, la antigua selectividad. Los dos primeras pruebas son las más temidas. En el aula magna de la Facultade de Filoloxía, unos 150 alumnos del Alfonso X O Sabio de A Barcala (Cambre) y del Compañía de María de A Coruña, se preparaban para los exámenes de Historia de España (10.00 horas) y Lengua Castellana y Literatura II (12.00 horas). Entre las quinielas, dos opciones destacaron sobre demás: el centenariazo de la dictadura de Primo de Rivera en la primera de las pruebas y Almudena Grandes, en la segunda. El fallecimiento de la escritora hizo que los alumnos leyesen y estudiasen con ahínco El lector de Julio Verne. Para Historia puntuaba alto también el reinado de Fernando VII, como señalaba Claudia Pousada, de Santa María del Mar.

Finalmente el primer examen, que terminó a las 11.30 horas, fue «más fácil de lo esperado», según comentaron algunos estudiantes al terminar. Y eso que era el hueso de todas las materias. En los temas a desarrollar cayeron, a elegir, la Revolución Gloriosa y la Constitución del 69 en el siglo XIX y, en el XX, la Segunda República y la Transición. Llegó el turno del examen de Lengua Castellana y Literatura. Esta prueba llegaba con polémica tras lo ocurrido con la EVAU de Madrid el lunes, donde les pidieron analizar  el término «incontrovertible», una palabra que la mayoría reconocía que «no sabía ni pronunciar». 

El caso es que en Galicia también se hizo la sorpresa porque «preguntaron por Gloria Fuertes, que es del último tema y no suele caer; y por la poesía posterior a la guerra civil, que tampoco es frecuente», comentaron Vega Lado y Candela Suárez, del colegio Maristas. Muchos esperaban tener que analizar El lector de Julio Verne, de Almudena Grandes, autora que se prepararon a conciencia, debido a su fallecimiento hace año y medio. Al final fueron Romancero gitano (Federico García Lorca) y Crónica de una muerte anunciada (Gabriel García Márquez) las obras que tuvieron que analizar los estudiantes.

nervios y pocas horas de sueño

Antes de liberar y dejar plasmados en los exámenes todos los conocimientos adquiridos en los últimos meses, algunos estudiantes reconocían que iban «justos de nervios», pero que «lo peor» habían sido los exámenes globales que ya han dejado atrás. Algunos como Fabio, aseguran que llevan «casi 48 horas» sin dormir.

Entre los estudiantes de esta generación hay un interés mayoritario por estudiar grados de reciente creación, como Ingeniería de Datos, Ingeniería Mecánica o Gestión Deportiva, carreras para las que muchos deberán estudiar fuera de Galicia. De ahí que haya quejas centradas en las diferencias de calificación de los exámenes dependiendo de las comunidades así como lo relativo a las faltas ortográficas, con penalizaciones que también varían. Con la apertura del examen de Historia de España, los gestos de victoria en el aula magna de la Facultade de Filoloxía fueron generalizados. Acompañan a estos jóvenes algunos de sus profesores, que se encargaron de tranquilizarlos antes de enfrentarse a las pruebas. Ahí se encontraba la encargada de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura de segundo de bachillerato del Alfonso X. La docente explicó que sus alumnos van muy bien preparados pero que, sabe, algunos se dejan parte de la materia sin tocar tirando de conjeturas que, con todo, reconoce que a veces salen bien. «Por como están pensados los exámenes se pueden hacer cábalas; entonces, por ejemplo, en mi asignatura muchas veces priorizan el estudio de teatro sobre el de poesía, que les gusta más».

La primera de las tres jornadas de la ABAU arrancó sin incidencias, con «normalidad absoluta, al menos en este aula», aseguró Pedro Armas, vicepresidente y delegado de la UDC en la CIUG, que explicó que medidas como la entrada escalonada o la ventilación, que llegaron con la pandemia, se han mantenido este año porque «son cosas que funcionan bien». Sobre la prohibición de llevar relojes inteligentes, calculadoras programadas o cualquier otro dispositivo electrónico susceptible de pillería, explicó que «hacer una lista sería imposible porque en unos meses quedaría corta». De ahí que en cada aula haya un enorme reloj para que los alumnos estén pendientes de la hora. Curiosa fue también la petición antes del examen de llevar «as orellas descubertas», sobre todo aquellas personas con pelo largo, para así garantizar que nadie lleva un pinganillo por el que le puedan soplar información.

Armas también hizo referencia a la reforma de la ABAU que estaba prevista que entrase el próximo año en vigor, pero que se paralizó con el anuncio de elecciones generales de julio. «Me gusta opacar y silenciar un poco el runrún que hay sobre la selectividad para que no interfiera en la actual. Hasta que el Ministerio, con el partido que sea, ponga negro sobre blanco, nosotros en la CIUG no vamos a difundir nada sobre posibles materias que entran o dejan de entran. Estamos a expensas de las decisiones ministeriales y tenemos un mecanismo suficientemente engrasado para que, una vez publicadas las leyes, echemos a andar. Hay que transmitir la tranquilidad de que en Galicia se van a hacer las cosas bien sí o sí», sentenció.  

Retenciones kilométricas

Hay dos clásicos que nunca fallan el primer día de selectividad: los nervios de los estudiantes y los atascos para entrar a la ciudad y llegar a los campus en los que se realizan las pruebas. A las 8.30 horas, una hora y media antes de que arranque el primer examen, había coches que llevaban parados veinte minutos en la carretera que de A Zapateira que va a desembocar en la glorieta de la tercera ronda y las retenciones para entrar a la ciudad a través de la AP-9 se alargaban varios kilómetros. La situación era similar en el túnel de Matogrande, con una hilera de coches al ralentí tratando de avanzar con paciencia. A las 9.00 horas, momento en el que los estudiante estaban convocados a una presentación introductoria, el caos circulatorio que vivió la ciudad a primera hora fue desapareciendo hasta recuperar a normalidad.