El Inibic de A Coruña probará una pastilla del colesterol para intentar frenar el avance de la artrosis

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Francisco Blanco, director científico del Inibic de A Coruña, y Beatriz Caramés, investigadora del Chuac
Francisco Blanco, director científico del Inibic de A Coruña, y Beatriz Caramés, investigadora del Chuac

En el ensayo clínico participan 216 pacientes del área coruñesa, algunos con progresión acelerada de la patología

02 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

De los 900.000 gallegos que se estima sufren artrosis, tercera causa de incapacidad laboral, alrededor de un 10-15 % padecen la variante de progresión rápida. «Se quedan prácticamente sin articulación en un plazo de entre cuatro y ocho años», describe Francisco Blanco, responsable del grupo de Reumatología del Inibic, el Instituto de Investigación Biomédica del Chuac de A Coruña. «Suelen ser mujeres jóvenes, de 20-30-40 años, salvo los casos que se precipitan por algún evento, como una fractura», explica el experto. Factores genéticos marcan este perfil, pero también otros de carácter mecánico y ambiental, como el sobrepeso. Para este colectivo de forma especial y para los artrósicos en general, están a punto de empezar a testar un medicamento ya comercializado, pero que se aplica para tratar el colesterol.  

El ensayo, financiado con 800.000 euros por el Ministerio de Sanidad, se centra en una molécula seleccionada entre más de cien de las denominadas senolíticas, asociadas a patologías del envejecimiento y con posibilidad de actuar sobre el proceso de senescencia de las células. «Intentamos demostrar que uno de ellos, el fenofibrato, puede frenar esa progresión», apunta Blanco, que desarrolla el trabajo con Beatriz Caramés, farmacéutica, investigadora y responsable del grupo de biología del cartílago. El equipo ve en esta vía una posible alternativa de aplicación en el grupo con afectación más severa, los pacientes jóvenes cuyas células envejecen precozmente. «Son como células envenenadas que contagian la senescencia a todo el tejido de la articulación», describe.

 

Testado en ratones

Por el momento, ya han demostrado el efecto en laboratorio, in vitro y en animales, comprobando que este fármaco del colesterol puede proteger frente a la degeneración de las articulaciones a través de la eliminación selectiva de esas células ancianas y activando mecanismos de mantenimiento celular. Probado en ratones durante 10 semanas, en más de la mitad se modificó el curso de la enfermedad.

«Ahora entramos en la fase del ensayo en personas y esperamos tener resultados en un par de años», agrega. Algo más de doscientos pacientes del área coruñesa formarán parte del estudio, que incluye afectados de rápida progresión y también los de evolución normal, con el objetivo de comparar datos. La hipótesis para inclinarse por este fármaco descansa en la vinculación de la artrosis y la dislipemias con el sobrepeso. «Tiene sentido porque la gente con el colesterol alto suele ser obesa», indica.

Al tratarse de un producto que ya está en el mercado se agilizan los plazos, puesto que el fenofibrato ya ha sido testado y superó los test de seguridad exigidos para su uso en humanos. «Este es el proyecto central del Inibic en Reumatología», subraya el responsable del equipo.

Aunque esperanzado, Blanco emplaza a ser prudentes y no elevar las expectativas antes de que se finalice el estudio sobre la posibilidad de dar con un remedio para una patología muy prevalente y para la que, hoy por hoy, no existe tratamiento curativo. «Todo esto es un ensayo ciego con tres grupos, uno recibe un placebo y los otros dos diferentes dosis del fármaco, y hasta que no se acabe, no sabremos, pero en modelo animal funciona, puede retrasar la artrosis», agrega. Para que su uso en la práctica clínica sea viable, la meta es «demostrar que es eficaz y que consigue reducir al menos un par de años la progresión».

La selección de pacientes se realiza sobre la cohorte Procoac (Prospectiva Cohorte A Coruña), una base con 1.600 enfermos en seguimiento desde hace 16 años. Es un registro «muy bien caracterizado de artrosis que nos está dando muchos frutos, y agradecemos mucho a los enfermos que están abiertos a participar».

Biomarcadores combinados para detectar precozmente a los enfermos más sensibles

Otra de las líneas de trabajo del equipo de Reumatología del Inibic enlaza con uno de los puntos centrales del reciente simposio internacional sobre investigación en artrosis celebrado en A Coruña: la posibilidad de desarrollar biomarcadores, ya sean moleculares, de imagen o clínicos, capaces de detectar la patología antes de que comience la destrucción articular.

«Hemos empezado a combinar varios biomarcadores para desarrollar algoritmos mediante inteligencia artificial que nos ayuden a predecir el diagnóstico de la enfermedad en fases más tempranas, porque actualmente se diagnostica en fases muy tardías en las que es difícil llegar a tiempo», indica Blanco. El plan va más allá, ya que una de las claves es «predecir qué pacientes van a tener peor pronóstico, la artrosis rápidamente progresiva, y también predecir su respuesta al tratamiento», apunta.

Antes de fin de año

El equipo coruñés ya ha desarrollado el kit DITObA, una especie de predictor de la artrosis mediante analíticas sencillas, y ahora, en colaboración con la UDC y Pfizer, este año esperan culminar un programa más preciso «que nos va a decir qué pacientes tendrán una evolución acelerada», explica. Para ello, el nuevo instrumento combina la información de marcadores genéticos y mitocondriales con la obtenida en una extracción sanguínea, las determinaciones de dos proteínas y tres genes, datos clínicos de edad, sexo, índice de masa corporal y valores de intensidad del dolor. «Sería un filtro para establecer los pacientes de mal pronóstico que necesitan y tienen que ser candidatos a tratamiento más intensivo para frenar esa progresión», concluye.