Rubén Blades encandila A Coruña a ritmo de salsa, «swing» y reivindicación

Laura Longueira, M.C. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El artista panameño repasó su trayectoria junto a la Big Band de Roberto Delgado

29 ago 2023 . Actualizado a las 00:05 h.

Un mes después de lo esperado, Rubén Blades por fin logró seducir a propios y extraños con su Salswing Tour junto a la Big Band de Roberto Delgado. Como parte del ciclo Coruña Sounds, el concierto del «poeta de la salsa» debía haberse celebrado el 20 de julio en el muelle de Batería, pero unos problemas en las cuerdas vocales durante los ensayos previos le impidieron subir al escenario del puerto coruñés y lo obligaron a aplazar el concierto.

Este lunes sí, en el anfiteatro del parque de Santa Margarita, el latinoamericano se sintió arropado desde el minuto uno. El sabor del trópico se impregnaba en el público, deseoso de baile y disfrute tras un día lluvioso. Puntual, a las 22.00 horas, empezó a sonar una pequeña introducción, interpretada por una amplia banda que llenaba el escenario y allanó la entrada al cantante que puso en pie a los asistentes. Plástico se abrió paso. Al fondo, una pantalla con imágenes de cientos de personas «normales» frente a las apariencias y el plástico.

Tras este preámbulo, Blades se excusó por sus problemas de salud, que por cuarta vez en más de 50 años de trayectoria forzaron la suspensión. «Estamos cumpliendo con nuestro compromiso. Muchas gracias por estar hoy aquí», agradeció el músico, con su característico sombrero, una mano en el bolsillo y la otra al micrófono, como si no le costase apenas esfuerzo poner a bailar a A Coruña. Siguió La Palomilla y tocando las maracas interpretó Tú y tu guarapo. Con Decisiones los presentes terminaron de entrar de lleno en el espectáculo. Gritos, palmas y mucho, mucho, baile en un anfiteatro lleno hasta la bandera.

Entonces dedicó Las calles a la gente trabajadora, de barrio. Y no pudo no acordarse de sus raíces, de su abuela de Ourense. «Nosotros los gallegos trabajamos duro», reconoció. A continuación presentó Ojos de perro azul con un recuerdo a Gabriel García Márquez y al disco «más atacado de la historia de la salsa», que escribieron juntos. «Me duele todo el cuerpo de andarte defendiendo», dijo en alusión a las palabras de García Márquez.

No podía ser de otra forma. A sus 75 años, el Blades más comprometido con sus ideales regresó, atreviéndose a verbalizar realidades que muchos censuran. Con País portátil rememoró sus años en la política institucional. En 1990 se presentó a las elecciones y fue el tercer candidato más votado de los siete electos. Por eso defendió la participación activa en la vida política para luchar contra la corrupción. Y después llegó Esa casa y habló de la «educación para parar el abuso contra las mujeres», en referencia al caso Luis Rubiales, desatando un aplauso cerrado en toda Santa Margarita.

Amor y control, Maestra vida, la famosísima Pedro Navaja y Patria fueron solo algunas de las canciones que formaron parte de un concierto de más de dos horas y media de salsa, swing, reivindicación política y magia de Rubén Blades sobre el escenario