Belén, la coruñesa que triunfa pintando embarazadas: «Viene gente de Vigo y Ourense»

Belén Canosa nació en A Coruña y está a punto de cruzar el límite de los 50 años. Su formación nada tiene que ver con lo artístico ya que estudió una rama sanitaria y, como dice ella, trabaja en una clínica «como asalariada a jornada completa». Así que a su pasión por el maquillaje, que se ha convertido en su segunda actividad laboral, tan solo le puede dedicar el poco tiempo libre que le queda los fines de semana.   

Explica que comenzó en el mundo del body painting de casualidad, en el año 2011 «de forma casera, para los amigos, con mi hijo, haciendo actividades lúdicas con él y sus compañeros». Pero la afición se fue tornando algo más serio en el 2013, cuando la gente comenzó a reclamarla para fiestas. «En ningún momento me planteé dedicarme a este sector, pero como a todo el mundo le gustaban mis trabajos yo me fui entusiasmando. Y en un momento dado me presentaron a los responsables de una empresa, con la que empecé a colaborar de forma esporádica como monitora de tiempo libre. Desde luego no lo hacía por dinero, sino que simplemente lo veía como algo en lo que disfrutaba y con lo que pasaba buenos momentos», recuerda Belén. 

El punto de inflexión fue cuando un amigo le sorprendió diseñándole una página web en la que poder exponer y anunciar sus trabajos. A partir de ahí, la afición ya se convirtió en negocio, aunque a pequeña escala y siempre con cita previa para una mejor organización. 

Belén confirma que abarca todo tipo de especialidades relacionadas con el body painting, tanto para fiestas privadas como para eventos de empresas. Pero desde hace unos años el bum están siendo las barrigas de embarazadas o el belly painting. «No sé qué motivó este bum, pero lo cierto es que la pintura corporal se lleva haciendo desde la antigüedad. En la prehistoria, los hombres y mujeres ya se pintaban para celebrar ritos religiosos, de caza, como forma de camuflaje. Y en la India o Marruecos, por ejemplo, existe la tradición de pintar las barrigas de las futuras mamás, no solo con una función ornamental, si para protegerlas y acompañarlas en la recta final del embarazo, como símbolo de buena suerte para cuando naciera el bebé». 

Belén explica que las famosas pusieron de moda ya hace unos años el belly painting. Una de las primeras en hacerlo fue Maria Carey. Después fue también muy sonada la barriga de Elsa Pataky y lo que hizo repuntar en España esta afición fue cuando Pilar Rubio, la mujer del futbolista Sergio Ramos, mostró su barriga en el programa El Hormiguero. «Eso fue un antes y un después. La gente que no conocía esta tendencia buscó información en Internet y ahí ya estaba yo», recuerda. A partir de entonces, su teléfono no ha dejado de sonar y, especialmente en verano, tiene que hacer varias sesiones al día. «Es una gran responsabilidad. Es algo que no me deja de sorprender y admirar. Es una gran responsabilidad porque hay gente que viene desde Vigo o desde Ourense, en coche, para que yo les pinte», indica. 

Lo más demandado

Explica que las peticiones son de lo más variopintas, pero lo habitual es que le soliciten el dibujo de un bebé y algo relacionado con las aficiones o gustos de los padres: «A veces es algo que une a los padres, o sobre el momento en el que el bebé fue concebido, como un viaje, con la mascota de la familia...». Belén explica que otros simplemente eligen un motivo estético, como una mariposa, un mandala, unas flores o algún personaje de Disney. «También hay aficionados al manga, al anime o al gaming que piden cosas más concretas». Sobre el trabajo que recuerda con especial cariño, más que nada por el reto que supuso, es el de One Piece, el personaje pirata de una saga anime que se ha dado a conocer hace poco. «No conocía el personaje, porque siempre que me piden algo diferente a lo habitual me llama más la atención y supone un reto. Lo fácil sería pintar siempre lo mismo, pero lo bonito es la parte creativa y original. Hubo época de juegos de tronos, también la etapa de Harry Potter, vamos un poco con las modas...», relata. 

Esta coruñesa explica que, además de ser un bonito recuerdo ya que todo queda plasmado en una sesión fotográfica, es un acto que une más a las parejas. «Cuando paso los pinceles estimulo el movimiento del bebé. De hecho, es muy emocionante. Notas cómo el pequeño dentro de la barriga va recorriendo con su movimiento lo que tú estás haciendo. Y eso es muy bonito para los padres o, por ejemplo, si vienen acompañados por el hermano mayor porque siente al bebé y se ve parte de una experiencia conjunta», relata. 

Con siete u ocho meses

Sobre el momento adecuado para pintarse la barriga, Belén recomienda no esperar a última hora. Lo ideal es con siete u ocho meses de embarazo. «Se puede hacer en cualquier momento y ni siquiera hay que estar embarazada, pero si uno espera al final corre el riesgo de que el parto se adelante o que tengas una cita médica y no puedas acudir».

El precio es variable y parte de los 70 euros, dependiendo de la dificultad del diseño. «Una sesión dura sobre una hora y media y dos horas. A veces, las mujeres necesitan un descanso, pero suelen estar bastante cómodas sentadas. Normalmente empiezo a pintarlas de pie y, después, para colorear el dibujo, ya se sientan con tranquilidad. Así, sobre el 80 % del trabajo la madre está sentada o semi recostada». Belén aclara que todas las pinturas que utiliza son de maquillaje al agua profesional e hipoalergénico. «Están testadas con dermatólogos para pintar niños de a partir de 3 años. Después se retiran fácilmente con agua y jabón en la ducha», indica. De hecho, recuerda que una clienta le pidió que le pintara en la barriga unas islas de una zona concreta de Galicia. Al día siguiente, se levantó con el maquillaje casi intacto y se fue a hacer la foto en el mismo paisaje con las islas de fondo. «Puede que de un día a otro los colores pierdan algo de intensidad y se puedan desgastar, pero los dibujos aguantan bastante si no hay contacto con agua o sudor», explica. 

Y como hay embarazadas durante todo el año, el trabajo suele ser estable. «Lo habitual es que pinte una o dos como media a la semana. Aunque coincidiendo con Halloween o los carnavales la carga de trabajo se dispara, pero en otras especialidades». En este caso, se trata de maquillajes individuales que cuestan una media de 40 euros. Aunque en el Entroido, coge a grupos grandes: «He maquillado hasta 30 personas iguales, pero eso va más rápido porque suele ser repetitivo y ya con una temática concreta», asegura.

Sobre su afición, Belén habla con un entusiasmo envidiable. No sabe cuál será su futuro pero mientras siga su suerte aprovechará para sacarle partido a algo que desde pequeña le llena el alma. «Es que desde que tengo uso de razón siempre he hecho cosas relacionadas con lo artístico, en todo tipo de formatos». Y la pintura corporal surgió de casualidad, cuando su hijo era pequeño. «No solo hago algo que me encanta, sino que con los clientes estableces una relación muy especial en un momento precioso de su vida». 

Me gustó el último de One Piece personaje de Manga, un pirata de una saga anime, que ha salido hace poco. No conocía el personaje, porque siempre que me piden algo diferente a lo habitual me llama más atención hacerlo y supone un reto. Lo fácil sería pintar siempre lo mismo, lo bonito es la parte creativa y original y es lo que me guste. Hubo época de juegos de tronos, también la etapa de Harry Potter, vamos con las modas... 

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