Al gimnasio cinco veces por semana a sus 87 años: la rutina de Clementina García Moral para mantenerse en forma
A CORUÑA CIUDAD
Esta veterana leonesa afincada en A Coruña se ejercita en el gimnasio Mood On Lifestyle con su entrenador personal, Adrián López. «Cuando termino mi entrenamiento aquí, estoy contenta», asegura
10 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Mientras un grupo de jóvenes esperan expectantes a que finalice la cuenta atrás del reloj digital pegado a la pared, una mujer mayor vestida de azul, bajita y de pelo corto, levanta una mancuerna con una sola mano como si lo hubiera hecho más veces. Cuando el minutero llega a cero todos menos ella retoman la clase entre resoplidos y miradas de reojo. Clementina García, la mujer mayor, prosigue con su tarea. A su lado, un hombre fuerte y cubierto de tatuajes supervisa su técnica mientras observa al resto de la clase. García cambia con rapidez de ejercicios. Tiene 87 años y sus últimos 5 los ha pasado en ese mismo centro de ronda de Nelle; en Mood On Lifestyle. «Cuando termino mi entrenamiento aquí, estoy contenta».
Clementina García Moral nació en El Bierzo, Ponferrada, hace 87 años, por lo que es entendible que le bailen algunas fechas. Pero tiene claro cuándo empezó a ir a ese gimnasio. «Cuando abrieron hace casi cinco años», recuerda tras hacer una pausa para beber agua de su botella. «Llevo haciendo deporte muchos años. No sé cuántos ya...Cerca de 30», asegura. Ha terminado su sesión y, detrás de ella, el resto de personas se centra en acabar. Adrián López Presedo (A Coruña, 1991), el hombre tatuado que hace escasos minutos la atendía con cuidado, es el dueño del centro y dirige ahora toda su atención al resto de la clase. «Es una persona maravillosa», deja caer Clementina mientras se acomoda en la silla junto a la salida.
«Vine aquí después de que me recetasen unas pastillas que me hicieron mucho mal...Fue horrible. Provocaron que, de alguna manera, me torciese», asegura Clementina mientras se toca el costado derecho con la mirada perdida. Ahora camina recta. Con Adrián ha aprendido mucho porque, como ella dice, está siempre atento. Tiene muchos ejercicios que le gustan. Aquel día había hecho series de peso muerto con 12 kilos, remos en anillas, sentadillas...«Aunque mi favorito es uno que haces en la pared, donde estiras mucho el brazo», admite mientras imita el movimiento con delicadeza.
«Con Clementina he aprendido sobre la constancia. No falla un día y, además, no se queja», comenta Adrián mientras alternaba despedidas y saludos con la gente que entraba y salía de su gimnasio. Llevaba mucho tiempo queriendo abrir un espacio dirigido por él y hace casi un lustro lo consiguió. Después de muchas clases gratis y formaciones, el coruñés cuenta con casi 130 clientes en Mood On Lifestyle. «La media de edad será de unos veinte o treinta años, aunque cada vez viene gente más mayor». Trabaja con personas que acuden a él para mejorar su salud y para estar mejor consigo mismas. Él se adapta a lo que pidan.
«Con Clementina me centro en ejercicios funcionales que le sirvan en su día a día. Hago peso muerto por si tiene que coger algo del suelo, press de hombro por si acaso tiene que dejar algo arriba en un estante o sentadillas para que se pueda sentar más fácil», explica. Él la escucha, toma nota de lo que le cuesta hacer y trata de mejorarlo. Día tras día. «Lo que busco es que le vaya bien por ahí y que no necesite ayuda», asegura.

«Les vacilo al resto de clientes. Les pregunto, ¿cómo se os pueden olvidar los ejercicios que os acabo de explicar hace cinco segundos y que a Clementina que tiene 87 años no se le olvide nada? Se acuerda de todo. Técnica, series y repeticiones. A veces llega, ve que estoy ocupado y se pone sola a hacer cosas que le he dicho», asegura. «Además, ponle que viene 200 días, pues 190 llega con una sonrisa de oreja a oreja. El resto son días en los que llega preocupada por cosas que le han pasado, que tienen que ver sobre todo con el médico o que sin más ha tenido un mal día. Ahí estoy para recordarle que, seguramente, no sea nada y para animarla para que esté mejor».
Para Clementina el momento del gimnasio es inamovible, aunque hace saber que tampoco le sobra el tiempo. Le gusta el ganchillo, dar paseos, los cuadernillos de matemáticas y pasar tiempo con sus hijas Ana y Begoña. A veces queda con personas con las que le gusta pasar el rato, aunque para ella «amigos no hay muchos hoy en día». Pero sobre todo le gusta estar con sus dos hijas, con las que convive. «No puedo pedir más. Con ellas lo tengo todo», asiente.

«He hecho tantas cosas que podría llenar un libro así de gordo», indica con sus dedos índice y pulgar. Se permite echar la vista atrás rápido. Recuerda ser pobre y de enamorarse de un hombre en El Bierzo que le escribía cartas de amor y que, a día de hoy, sigue sin comprender de dónde le salían tantas palabras. Recuerda mudarse a París donde vivió muchos años y recuerda llorar muchísimo cuando volvió a España «porque allí todo era muy bonito». Son muchas cosas. «Cuando eres joven todo es tan bonito...Puedes confiar en la gente. Ahora es difícil, pero en Adrián si confío».