Xurxo G. Penalta: «Siempre hay una parte de realidad en cada historia de ciencia ficción»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CORUÑESES

Xurxo G. Penalta, ilustrador
Xurxo G. Penalta, ilustrador Fernando Molezún

El artista coruñés expone en la Fundación Luis Seoane, dentro del festival FKM

14 oct 2019 . Actualizado a las 17:47 h.

Ciudades imposibles en las que los robots deambulan a sus anchas, rodeados de un sinfín de cables y engranajes, como salidos de una pesadilla febril de Phillip K. Dick. Así podrían definirse los paisajes que el ilustrador coruñés Xurxo G. Penalta ha colgado de las paredes de la Fundación Luis Seoane con motivo de la exposición XXL, con la que se ha inaugurado el Festival de Cinema Fantástico FKM y que puede visitarse hasta el 27 de octubre.

-¿De dónde vienen estas ilustraciones?

-Son obras gráficas de ciencia ficción hechas entre el 2012 y ahora. Son trabajos de cartelería, alguna portada de discos y mucho cómic, del 8 House: Kiem que hice con guion de Brandon Graham para la editorial Image, tanto de la primera parte como de la segunda, que todavía está inédita. Y también hay una ilustración que hice para el programa solidario A Radio Conta.

-Muy acorde todo con el espíritu del FKM, que lleva este año como título Utopías e distopías.

-La ciencia ficción siempre ha jugado con futuros que no son inmediatamente reconocibles como algo cotidiano. Son futuros en los que todo está exaltado hacia la bueno o lo malo, utopías o distopías. Y esa ha sido una constante en mi obra, los robots, las ciudades opresivas llenas de cableados, con superpoblación...

-Así que tiende usted más hacia la distopía que hacia la utopía.

-Sí, pero no por una cuestión de falta de fe en el ser humano, sino por una sobredosis de Blade Runner y de Star Wars [Ríe]. Esos futuros en los que todo se rompe en pedazos por la velocidad a la que avanzan las cosas, un progreso que termina en una falta de entidad orgánica, en deshumanización.

-El ejemplo de Blade Runner lo entiendo, pero calificar Star Wars como distópica...

-En el fondo va por los mismos derroteros. Un imperio hipermecanizado y deshumanizado contra un tipo que no es más que un granjero y un traficante de poca monta. Gente sencilla contra cosas muy sofisticadas carentes de alma. Estas historias siempre presentan al individuo con el que te identificas frente a una sociedad mucho más distante, con la que es imposible empatizar.

-¿Qué es lo que le atrae de la ciencia ficción?

-Que todas estas historias requieren de unas innovaciones estéticas que son muy atractivas, un lenguaje que, aunque no te interese específicamente la ciencia ficción como tratado humano o elucubración filosófica, te atrae por su fuerza estética. Ese es mi caso, no me preocupa tanto hacia dónde va el ser humano como el componente gráfico de todas esas historias. Vamos, que soy más de la ciencia ficción de las películas de Ridley Scott y de los cómics de Moebius que de los más sesudos relatos de Asimov. Es algo generacional, crecí con estas películas y estos cómics que generaban un impacto visual tan grande y atractivo que era imposible no caer en él. Y para un artista es muy divertido meterte ahí, porque te permite trabajar fuera de la realidad inmediata, explorar ideas, conceptos y visualizaciones no realistas. Inventarte anatomías imposibles, estudiar la aerodinámica de vehículos inexistentes...

-El peligro de la ciencia ficción es que, a medida que pasan los años, va decepcionando. Estamos en el 2019 y ni vamos en coches voladores, ni hemos colonizado Marte.

-Pero eso tiene su encanto, te permite ver la ingenuidad de cada momento. En Mad Max, sobre todo en la segunda, predecían un futuro inmediato con una estética muy punk, y en La naranja mecánica era una cosa más de los sesenta. Aunque, lamentablemente, esta última sí que guarda ciertas similitudes con la actualidad. Siempre hay una parte de realidad en cada historia de ciencia ficción.

Robots. Entre sus proyectos inmediatos, Xurxo G. Penalta baraja darle salida a una de sus obsesiones creativas, los robots: «Estoy empezando un cómic nuevo que está lleno de robots, ambientado en un mundo robótico... Vamos, que voy a estar dibujando robots hasta que pierda la gracia. ¡Y mira que me gusta dibujarlos!», asegura.