Los guerrilleros antifranquistas José Galán «Dereito» y Manuel Ramiro Souto regresan a su casa: la parroquia de Almeiras

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

CULLEREDO

Los restos de ambos, abatidos en 1952 y enterrados en una fosa común en Visantoña  (Mesía), volvieron a Culleredo tras más de setenta años

25 ago 2025 . Actualizado a las 13:26 h.

El Concello de Culleredo, junto a la Asociación para a Recuperación da Memoria Histórica (ARMH) y las familias, celebró este lunes 25 de agosto un emotivo acto de homenaje y entrega de los restos de José Galán Núñez «Dereito» y Manuel Ramiro Souto «Souto», vecinos de la parroquia de Almeiras y miembros de la guerrilla antifranquista, abatidos por la Guardia Civil el 22 de junio de 1952 en Visantoña (Mesía).

El acto tuvo lugar en el salón de plenos del Concello de Culleredo, con la intervención de los alcaldes de Culleredo, José Ramón Rioboo, y de Mesía, Mariano Iglesias, así como representantes de la ARMH, familiares y vecinos. Posteriormente, a las 13.30 horas, los restos fueron enterrados en el cementerio de Almeiras, en la tierra que los vio nacer.

Setenta años en una fosa común

Los cuerpos de Galán y Souto habían sido exhumados en agosto del 2024 en el cementerio parroquial de Visantoña, donde permanecieron más de setenta años en una fosa común situada en la esquina derecha de la parte posterior de la iglesia. Los análisis forenses confirmaron la muerte violenta de ambos, la presencia de proyectiles del calibre 9 milímetros y su enterramiento conjunto en una única caja de pino verde, tal y como recogía la documentación militar de la época.

El regreso de sus restos a Culleredo se vivió como un acto de justicia y reparación. En palabras de la ARMH, la entrega simboliza «a dignidade recuperada» de dos jóvenes que pagaron con su vida la resistencia al franquismo. Emilio Silva, presidente de esta entidad, recordó que los años de represión y de vidas susurradas siguen vigentes a día de hoy ya que parte de la Democracia decidió que aquello no había ocurrido y que convenía silenciar parte de la historia. «Fue gente que se atrevió a nombrar la palabra libertad cuando ello te podía costar la vida, porque en los años 30 cuando se construyó el primer período democrático, se enterró todo el patrimonio de estas personas». Aseguró que fueron ciudadanos ejemplares y si hubieran nacido en Francia, Italia o Alemania «aquí estarían autoridades del Estado, tratándolas como merecen». Refiriéndose a las botas que se recuperaron de la fosa y que se mostraron en el salón de plenos, afirmó que son un enorme símbolo de hacia dónde caminaban ambos represaliados. «¿Hemos llegado a ese sitio o nos hemos desviado? Esa es la pregunta que nos hemos de hacer», refiriéndose al escaso conocimiento que tiene la sociedad sobre cómo surgió la democracia en España.

Lamentó la larga vida de la que disfruta el miedo y que España sea el único país del mundo que soluciona la búsqueda de desaparecidos con subvenciones. Criticó, además, que haya víctimas de primera y de segunda clase y clamó para que el Estado repare el daño, independientemente de quien lo sienta. «Estas botas deberían estar en una vitrina en el Parlamento gallego», exigió.

Un secreto acallado que va la luz

Alberto Gómez, visiblemente emocionado, aseguró que este 25 de agosto remataba un capítulo de una historia familiar que estaba sin cerrar y agradeció la implicación y el cariño en un proceso tan doloroso. Recordó que Pepe, tal y como él lo llamó, era «unha boa persoa, sensible e intelixente». Aseguró, además, que José Galán Núñez, su tío, desertó del ejército en defensa de la libertad, lo que supuso un gran sufrimiento familiar, y que su madre lo buscaba «polos montes». «Hoxe Pepe descansa contigo para sempre», rezó mirando al cielo y refiriéndose a su abuela y en presencia de Dolores Rodríguez Núñez, hermana de José Galán.

Por su parte, Teresa Ramiro, sobrina de Manuel Ramiro Souto, con una bandera republicana en la mano, reiteró el agradecimiento de la familia por todo el apoyo desinteresado recibido y a los vecinos de Visantoña que durante más de 70 años tuvieron «a lareira prendida» y que finalmente, como desprendiéndose de una carga enorme, pudieron contar «un segredo longamente gardado».

Dos parroquias hermanadas

Mariano Iglesias indicó que su asistencia al acto, además de situarse la fosa en el municipio que él preside, se debe a dos motivos: «É unha honra e un acto de obrigado recoñecemento porque sinto un enorme agradecemento polas ideas que esta xente defendeu coa súa vida e que hoxe homenaxeamos, e por recoñecer o papel da ARMH, non permitindo que se esquezan cousas que nunca deberon ter acontecido».

El alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo, cerró el acto asegurando que todavía hay que realizar más esfuerzos para vivir en libertad y tranquilidad. Añadió que siempre intentaron prestar la mayor ayuda posible a los familiares, resaltó la labor de la Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica, y confirmó que desde este día las parroquias de Almeiras y Visantoña quedan «hermanadas de por vida». «Este é un acto de reparación de futuro», añadió.

La periodista Clara Bernal, que hizo de conductora del evento, destacó que son tres las palabras que marcaron el evento: «Memoria, xustiza e reparación», y recordó que las fosas comunes atesoran vidas que nunca fueron olvidadas. También la cantautora Bea a de Estrela contribuyó a que la mañana tuviera un punto más emotivo, al interpretar la canción titulada Alborada dos nomes sen medo, compuesta expresamente para este momento.