La prensa y su responsabilidad en medio de desafíos políticos

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

CULLEREDO

MORELL | EFE

24 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuestión ética

Pocas veces el llamado cuarto poder se ha visto abocado a una incumbencia tan capital, afrontando desafíos poliédricos y haciendo equilibrios entre lo que la moral dicta y aquello que la línea editorial demanda. Hoy es más exigible que nunca la búsqueda de una verdad confrontada y carente de sesgos, privando así de pábulo al titular de saldo y al clickbait, responsables directos de un frentismo social efervescente y bullanguero. Urge priorizar el humanismo al posicionamiento ideológico; nombrar, con firmeza, las cosas por su nombre, y señalar la tibieza y la equidistancia, que no hacen más que soslayar barbaries. Un periodismo, en fin, más responsable, ético y transparente que atempere la espiral polarizante que se antoja el canario en la mina de una violencia política que vemos atisbar, atónitos, en otras latitudes. Alejandro López Menduíña. Pontevedra.

 Atorado en el párking

El lunes, a las seis de la tarde, quien viera a un hombre forcejeando con un carrito de bebé escaleras arriba del párking de la plaza de Pontevedra, de A Coruña, me tenía delante. Mi hija de veinte meses completaba el cuadro. El único ascensor para personas con movilidad reducida se encontraba fuera de servicio, según confirmó el empleado de la cabina, quien, todo sea dicho, fue extremadamente amable. Su alternativa fue sugerirnos la rampa de vehículos. La elección era clara: arriesgarnos a ser aplastados por un todoterreno o intentar la escalada. Elegimos lo segundo.

La ironía es palpable. El mismo párking que exhibe plazas para familias y personas con movilidad reducida falla en lo esencial. Las plazas para familias bien podrían rotularse «para familias monoparentales» por su reducido espacio, y haría falta la fuerza de un atleta para salvar las pendientes de acceso en silla de ruedas. Me declaro hipócrita. Nunca fui consciente de estas barreras hasta que el nacimiento de mi hija me convirtió en usuario de un carrito. La empatía, a veces, llega con la experiencia directa. Parafraseando a nuestra alcaldesa, «si se compra una vaca será porque tienen un establo». Yo, que vivo en Fonteculler (Culleredo), debo alquilar ese «establo» para mi coche cuando vengo a A Coruña. El autobús es una lotería: solo permiten un carrito por vehículo. Y ante este panorama he tenido una epifanía: comprar online me sale más a cuenta que pagar los gastos de bajar al centro de la ciudad. Pido disculpas a los comerciantes coruñeses, pero esta ciudad tan bonita y peatonal parece olvidarse de quienes venimos de los arrabales. Coruña es eco-sostenible, pero no accesible. Francisco Manuel Paz Fernández. Culleredo.