
Padres y Concello advierten de que no se cumplen los metros exigidos por niño
01 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Operarios municipales trabajan estos días en construir un patio de juegos cubierto en el CEIP de Bemantes, una instalación en la que para el próximo curso hay matriculados 30 niños, una cuestión que ha generado malestar.
Frente a la pérdida de alumnos que se da en otros centros educativos y al cierre de unitarias, en esta parroquia de Miño, sucede lo contrario, una cuestión que los vecinos vinculan al proyecto educativo desarrollado allí y también a la apuesta de las familias por centros más pequeños tras la pandemia.
Un colectivo de padres cuestiona que Educación «imponga a división do alumnado nunha clase de 19 alumnos de infantil e 11 de primaria para dar saída a alta demanda de matrículas que ten o centro», que el año pasado había iniciado el curso con 20 inscritos. Estos progenitores, que han trasladado sus inquietudes al Concello, aseguran que esta división por aulas no se puede llevar a cabo según lo que se estipula para estas escuelas. «A normativa esixe dous metros cadrados por posto escolar en infantil e ningunha das aulas cumpre con ese requisito despois de estudar o plano do centro e tampouco se cumpre o requisito de ter un aula polivalente de 30 metros cadrados», resaltan.
Desde el Concello de Miño, que remitió un oficio a la consellería preguntando cómo va a hacer para cumplir la normativa, corrobora las preocupaciones de los padres y precisa que el edificio solo tiene dos aulas, los despachos y los baños, y que la normativa exige 2 metros cuadrados por alumno de infantil y 1,5 por los de primaria, además de un aula polivalente de, al menos, 30 metros cuadrados. «Polo tanto, parece que as instalacións non son aptas para esa matrícula», indican desde el consistorio.
Sin embargo, desde la Consellería de Educación se defiende la ampliación del alumnado. «Os grupos organizáronse en función das solicitudes de matrícula que realizaron as familias», resaltan y precisan que «en concreto, establécense dous grupos de 15 alumnos cada un, cumprindo deste xeito as ratios fixadas, que son dun máximo de 25 alumnos por aula».
Los padres descontentos temen que el aumento de alumnado pueda repercutir negativamente en la calidad y suponga un «cambio abrupto na metodoloxía educativa instaurada». Cuestionan además que se sature un colegio rural cuando hay otros en el entorno, como el CEIP Torres (Vilarmaior), el CEIP Viñas (Paderne) o incluso el Castro Baxoi (Miño), con un ratio menor.