Lúa Mosquetera: «La gente llora cuando recito los poemas sobre la pérdida de mi madre»

MIÑO

La escritora de Miño acaba de publicar su quinto libro e inicia gira este año
07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Hay personas que tienen la habilidad de tocar la fibra sensible de la gente a través de su arte. Lúa Mosquetera (Miño, 1988) es una de ellas. Referente del Spoken Word (género poético que utiliza la música o el teatro), la escritora acaba de iniciar una gira de recitales con música en directo por todo el país. Hace dos sábados protagonizó una actuación memorable en A Radio Conta y tiene ya su quinto libro a la venta bajo el prometedor título de El latido es un baile que siento que me estoy perdiendo. La encontramos empaquetando los 400 ejemplares que ya ha vendido de este su último poemario. «Es lo que tiene autoeditarse», reconoce. Hay una parte de Lúa Mosquera, y es que ese es su apellido, que en realidad ya no se pierde nada, porque ella es ahora la protagonista del baile.
—¿Qué vuelta le ha dado a la poesía, Lúa?
—Los mensajes que más recibo son: «A mí no me gusta la poesía, pero me ha encantado tu libro o tu recital». Supongo que estamos acostumbrados a encontrar la poesía muy encriptada. El lenguaje poético suele ser muy elitista en cuanto a temas. La idea preconcebida que tenemos de la poesía es que es tediosa o que debe interesarte particularmente. No manejamos ese concepto de que es para todo el mundo y que todos pueden disfrutar de ella, independientemente del nivel cultural que tengan.
—En sus versos habla de comer pasta con tomate Orlando o del que coloca las galletas en el último estante. ¿Es poesía de la vida cotidiana?
—Desde mi primer poemario ha estado presente esa idea. No es que yo haga poesía de lo cotidiano, es que para mí lo cotidiano es poesía. Pasa con la música y las artes, en general. A veces, nos perdemos intentando buscar un significado oculto o elevar algo a una dimensión que no tiene, cuando realmente lo poético es lo del día a día. Por lo menos, lo verdadero y lo real.
—Hace que los tacos suenen bonito. Y los mete mucho.
—[Ríe]. Sí, no lo puedo evitar. Lo que intento, tanto en el recitado como en la escrita, es que no sea impostado. Huyo del lenguaje impostado, de la postura impostada y de la entonación impostada. Me parece que justo eso es lo que ha hecho la poesía siempre, y aleja a los oyentes o lectores en potencia. Los espanta.
—¿A usted también le pasa?
—Sí, y soy filóloga y me gusta leer, pero aun así, a veces es difícil enfrentarse a un recital o a un libro. Que son prejuicios normales, eh, porque es la educación que hemos recibido todos.
—Pensar así le habrá granjeado no pocos recelos en el gremio.
—Causa el efecto inverso. He conseguido acercarme a lectores que no pensaba y que gente del gremio descalifique mi poesía.
—Usted emociona con la palabra.
—El punto de partida es que necesito desahogarme o expresarme. Entiendo que el fin es que la gente conecte con lo que yo recito en un teatro o escribo en un libro, pero principalmente esto me ayuda a expresarme.
—¿Qué le inspira?
—Todo lo que atañe a mi día a día. El feminismo, la precariedad económica, el empoderamiento, el síndrome de la impostora..
—...Y la pérdida de su madre.
—Sí. Toda mi obra está marcada por la pérdida de mi madre.
—Con eso conecta mucha gente. Lloran cuando la escuchan.
—Eso me pasa siempre. La gente llora cuando recito esos poemas. Al principio no sacaba el tema porque me daba apuro. Cuando empecé a hacerlo, me llevé una sorpresa. Vi que mucha gente necesitaba escucharlo y te debes a ellos. Me han llegado muchísimos mensajes diciendo que les ayudó a sacarlo fuera. También es bonito ver a los que, tras escucharme, corren a abrazar a su madre.
Bordar es su refugio: Además de filóloga y organizadora del festival Loro Facu, Lúa imparte talleres de bordado en un local de la cuesta de San Agustín, en A Coruña. Es la presidenta del Club del Bordado, que fundó en el 2016 y cuenta con 300 seguidores en la ciudad. Y va a más. Ya ha abierto en Santiago y Betanzos.
«Hay puristas que rechazan mi forma de llevar la poesía a los escenarios»
«Hay una parte de mí que está harta de la cultura del esfuerzo. De que me miréis pensando “qué mérito tiene”, pero de que nunca hayáis venido a salvarme. Hoy la poesía me da pasta y vosotros no tenéis más remedio que escucharme», recita Lúa Mosquetera.
—El Spoken Word tiene mucho que ver con nuestra tradición oral.
—Sí, hay mucha gente purista de la poesía que rechaza mi forma de hacerlo o de llevar la poesía a los escenarios, pero al final yo no estoy modernizando nada. Estoy volviendo a los orígenes. Antes la poesía se transmitía así. Había una persona en medio de la plaza que recitaba.
—¿Se siente poco reconocida?
—Depende. Es tan difícil delimitar lo que es reconocimiento o no dentro de esta profesión...
—Explíquese...
—De repente, me ha sorprendido verme reconocida por gente del ámbito académico o más formal y, sin embargo, soy rechazada por gente que yo consideraba más afín a mi estilo.
—Lo que está claro es que vende libros y llena recitales. Ya no hay quien la calle.
—Lo que he visto a lo largo de estos años es que el reconocimiento es que la gente te lea o te escuche. El crecimiento ha sido lento, orgánico y natural. Yo no me he viralizado de la noche a la mañana. Desde que publiqué mi primer libro en el 2018 hasta hoy he crecido paulatinamente y siguiendo los pasos naturales. No sé si tengo muchos seguidores. Lo que sí sé es que son muy fieles, muy constantes y me siento supersostenida por ellos.
—¿Quiénes son sus referentes?
—Del Spoken Word, Kae Tempest, es indiscutible. Pero luego, da igual, Bad Gyal es referente también y es una cantante de reguetón. O Silvia Plath. Cualquier mujer empoderada y que tome la palabra como arma.