
El joven tiene antecedentes por drogas. El Concello ha contactado con los herederos para que presenten denuncia
18 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Desde hace unos diez días se respira algo de inquietud entre los vecinos de la parte alta de Perillo, en el municipio de Oleiros. El sábado 7 de junio se coló en una casa de una planta una pareja de jóvenes, forzando la puerta trasera. Hasta la fecha no han generado ningún tipo de incomodidad a los vecinos de la Rúa Nova, donde se han instalado, pero los residentes saben que están okupando una vivienda ajena, pese a que el joven señaló que tiene vínculos familiares con los propietarios, ya fallecidos. «Si es heredero, ¿por qué tiene que saltar la valla y forzar una puerta?», se preguntan los vecinos.
Además, el okupa no es un desconocido en el barrio. Muchos saben de su pasado vinculado a las drogas, por eso temen que esta casa se convierta en un lugar de trapicheo, con la consiguiente presencia de personas en la misma condición.
A la casa acudieron miembros de la Policía Local de Oleiros para identificar a los dos okupas que se conocieron en el centro de menores de Palavea. También pasó por el lugar una patrulla de la Guardia Civil.
La casa está vacía desde el fallecimiento en el verano del 2022 del último propietario, que murió de forma repentina y era un referente en el campo cultural de Oleiros a través de una agrupación local que presidía.
El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, está al corriente de los hechos prácticamente desde el día de la okupación. «A policía é a garda civil van estar vixiantes, pero de momento non se pode facer nada ate que se presente unha denuncia», indica el regidor. Y desde Oleiros ya han localizado en Culleredo al supuesto heredero de la vivienda, un hermano de la madre del último morador. «Viven no Burgo e son eles os que teñen que presentar a denuncia», añade el alcalde, quien apostilla que el actual okupa tiene alguna propiedad en Montrove. «Podería ir alí sen necesidade de entrar noutras casas que non son súas», señala García Seoane.
Los vecinos se mantienen a la espera de acontecimientos. Reconocen que, de momento, la joven pareja no ha causado ningún tipo de molestia. «Tienen las persianas bajadas y no ha trascendido nada, pero sabemos que están okupando una casa que no les pertenece y tienen antecedentes», afirman. «Tenemos miedo de que no consigan echarlos y esto se acabe convirtiendo en una casa de trapicheo».