Tres años de cárcel por destrozarle la cara con una horca a un agente forestal en Oza-Cesuras

T. Silva OZA-CESURAS / LA VOZ

OZA-CESURAS

MARCOS MÍGUEZ

El agresor hacía una quema ilegal cuando fue sorprendido

16 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En febrero del 2022, dos agentes forestales se encontraron en un monte de Oza-Cesuras con un hombre que realizaba una quema ilegal en medio de una zona arbolada. Los agentes le pidieron la documentación, lo que el vecino les negó. Entonces, uno de los forestales comenzó a marcar en su teléfono para avisar a la Guardia Civil, momento en el que el hombre le atacó con gran violencia golpeándole con una horca que le destrozó la cara, con seria afectación a la mandíbula y los dientes.

El juzgado de lo Penal 4 de A Coruña acaba de determinar una pena de tres años y medio de prisión (la acusación particular y la Fiscalía pedían seis años) y una indemnización de 10.000 euros al agente herido.

En su declaración, el acusado solo admitió haber mantenido una discusión con los agentes, pero negó haberlos identificado como tal, asegurando que no llevaban uniforme. Añadió que tenía problemas de visión en el ojo izquierdo, precisamente el lado por el que aparecieron los agentes, por lo que le costó reconocerlos. También rechazó haber propinado el golpe, asegurando que habían sido ellos los que se habían abalanzado sobre él.

Pero su tesis se derrumba con las pruebas médicas y el testimonio de la víctima y su compañero. «No existe ni se ha revelado móvil espurio alguno que pudiera afectar a la credibilidad subjetiva del relato de la víctima», apunta la magistrada. Respecto al testigo, este relató que su compañero «sacó el teléfono, momento en el que el acusado llevaba una horquilla, una sierra y un fouciño, agarrando la horquilla con las dos manos le dio con toda la fuerza con la parte metálica, cayendo su compañero al suelo, resultando un ataque de todo punto sorpresivo». Declaró en el juzgado con el uniforme que usó el día de autos, lo que la magistrada consideró «perfectamente identificable». La pareja añadió que también se identificaron verbalmente y mostraron sus placas. «Los problemas de visión invocados por la defensa no permiten justificar tal desconocimiento en el momento del encuentro», apostilló la jueza, que señala que los agentes medioambientales «tienen la condición de funcionarios».

Finalmente, condenó al acusado por un delito de atentado con instrumento peligroso a la pena de tres años de prisión, así como a un delito de lesiones con otros seis meses más. En concepto de responsabilidad civil, la víctima deberá ser compensada con una indemnización de 3.300 euros por los días de curación, otros 500 por aplicación de puntos de sutura y reparación de piezas dentales y cicatrices, y 6.000 por el perjuicio estético. Además, el acusado deberá abonar al Sergas 2.000 euros por los gastos de asistencia sanitaria.