Crisis de bares en Oza dos Ríos: los vecinos lamentan el cierre de locales

Oza dos Ríos vive una especie de ley seca. Muchos vecinos se quejan del cierre de bares, o de la reducción de horarios de los locales de hostelería. Notan que se están quedando sin esos centros de socialización por excelencia. Alguno incluso ha entrado al despacho del alcalde de Oza-Cesuras para trasladar esta sensación colectiva. «La gente me pregunta qué pasa con los bares, que cada vez hay menos, e incluso hay días de la semana que la oferta se reduce muchísimo», explica el regidor, Pablo González Cacheiro.

Ramón, vecino muy próximo al Ayuntamiento, es uno de esos damnificados. «Xa non tes onde ver os partidos de fútbol», lamenta. «Están pechando moitos, a cervexaría leva un ano sen abrir», dice señalando al amplio local ubicado al otro lado de la carretera. También nombra O Lito y A Boa Tapa con nostalgia, otros dos bares a los que ya hace mucho que no se puede entrar.

Y justo al lado, hace una semana bajó sus persianas de forma definitiva La Pacheca. A sus 50 años y después de 17 al frente de este local, María y Miguel han buscando un cambio de vida después de ver el proceso contrario: cómo se reduce la clientela en la barra. «Había moitas horas mortas, nós abriamos ás 7.30 e ate as 11.00 apenas facías 60 euros. Logo si, os viños coas súas tapas, pero de catro a sete da tarde, nada ou casa nada», explica María. Y en ese tramo final del día dejó de ver a los obreros, trabajadores que siempre acudían para cerrar la jornada. «Moitos xa non tomaban alcohol polo tema de conducir, e xente nova aquí rara vez a ves, van da casa ao traballo e do traballo a casa». Y con ese panorama ella y su pareja se marchaban a descansar después de la medianoche. Así que han optado por buscar otros empleos y han tenido fortuna. Él acaba de empezar en una empresa de metal y ella se estrenará la próxima semana en un supermercado de la zona. «Os clientes entendérono, pero deulles moita pena, este era o seu sitio de reunión», dice María.

Uno de los clásicos de la hostelería en Oza dos Ríos es la cafetería París. Esta no cierra, pero lleva cerca de dos años con un horario europeo que también ha llamado la atención a algunos vecinos. «Agora abrimos todos os días de seis da mañá ás tres da tarde», explica Alfredo. «Levo aquí desde os 14 anos, teño 50, e xa vai tocando descansar algo», argumenta.

Casi enfrente ya luce el bar A Farmacia, reabierto por Ana María Ávila, una madrileña que se hizo cargo del local nada más aterrizar desde la capital en febrero pasado. Ella y su pareja dieron un vuelco a su vida aprovechando que él tiene una casa en el municipio y apostaron por este bar, donde las hamburguesas son una de las especialidades de la casa. «Yo ya me dedicaba a la hostelería en Madrid pero no dirigía un bar, esto es nuevo en todos los sentidos y estamos muy contentos con el lugar y los clientes», señala Ana.

Algunos vecinos de Oza dos Ríos creen que El Crecho sigue cerrado. El local se encuentra en la esquina superior de la malla urbana, al lado de la administración de loterías. Y está abierto gracias a la férrea voluntad de Fernando Pla, un cubano de 66 años que lleva 5 meses detrás de esta barra. Fernando se ha puesto un horario de 9.00 a 19.00 horas por necesidades personales. «Vivo en Curtis y no tengo carné ni coche, así que me traslado en bus o en tren». No ha podido contratar cocinera, e incluso tuvo que dar de baja a un camarero. «Mi clientela suele ser siempre la misma, por las tarde esto se anima un poco con las partidas de cartas, pero reconozco que tenía una expectativa más optimista. Yo lo sigo intentando», comenta este cubano que salió exiliado de la isla en mayo del año pasado.

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